El alcalde anuncia la instalación de 500 cámaras (o 1.000) de vigilancia más en Barcelona ciudad

Barcelona: ciudad “segura” … pero Collboni pone más cámaras

Barcelona tendrá 500 cámaras (o 1.000) más de vigilancia en sus calles

Cuando el alcalde Collboni (PSC) afirma que Barcelona es una ciudad segura, y al mismo tiempo su gobierno municipal anuncia que se va a triplicar el número de cámaras de videovigilancia en los próximos años, la ciudadanía tiene todo el derecho a levantar la ceja —o quizás las dos— con expresión escéptica. Por un lado: «Aquí no pasa nada, tranquilos, Barcelona es segura». Por otro lado: «Instalaremos 500 nuevas cámaras (y quizá hasta mil) para vigilar las calles». En el lenguaje cotidiano: «Confíen en mí, que está todo bien… pero vamos a apuntar más a todo lo que podría ir mal».

La réplica: Vox al ataque

El grupo municipal de Vox no tardó en señalar lo que consideran una contradicción. Según ellos, si Barcelona ya es segura, ¿por qué desplegar tanta vigilancia adicional? El portavoz de Vox,

Gonzalo de Oro, presidente del grupo muncipal de VOX, llegó a afirmar: «Nosotros ya lo propusimos y nos insultaron; ahora lo anuncian ellos (PSC). Bienvenidos a Vox».

Y añadió que este anuncio demuestra que el gobierno municipal “niega los problemas de inseguridad mientras reconoce con hechos que la situación en Barcelona es insostenible”.

En resumen: Vox interpreta que afirmar que “Barcelona es segura” y luego decir “vamos a vigilar mucho más” equivale a: “Sí, es segura… pero no tanto”. O mejor dicho: “La seguridad no es tan tranquilizadora como se dice”.

¿Por qué puede parecer incongruente?

Algunos matices que hacen que el mensaje choque en nuestras mentes:

Percepción vs. dato: El Ayuntamiento insiste en que la percepción de inseguridad es mayor que lo que muestran las estadísticas. Pero desplegar 500 cámaras más dice que quizá la percepción sí tiene algo de base o, por lo menos, que se toma en serio.

Seguridad garantizada… pero con ‘ojos extra’: Decir que una ciudad es segura implica que el nivel de vigilancia o alerta necesario ya está cubierto. Añadir una gran dosis de videovigilancia puede interpretarse como un “ … por si acaso”.

Mensaje para los ciudadanos: La combinación de “todo bien” + “vamos a controlar más” envía un mensaje mixto: “Vivimos cómodos” y “pero estamos pendientes”. Puede generar una sensación de “me lo dices para tranquilizarme, pero luego muestras que crees que tengo motivos para preocuparme”.

¿Entonces qué significa esto para Barcelona?

Para los residentes: Puede haber un efecto — positivo o negativo — sobre la confianza. Saber que se instalarán más cámaras puede dar tranquilidad, pero también puede generar sensación de que “hace falta porque algo no está tan bien”. O, el efecto contrario “Estamos demasiados controlados”.

Para la comunicación política: El discurso debe casar realidad, percepción y acción. Si el alcalde dice “Ciudad segura” y al mismo tiempo amplía los sistemas de vigilancia, el mensaje puede percibirse como contradictorio.

Para la oposición (Vox) y el debate público: Es una herramienta clara para criticar la gestión y pedir coherencia. Vox lo usa para recalcar: “menos propaganda, más resultados”.

Para los derechos ciudadanos: También aparecen advertencias sobre privacidad, proporcionalidad, uso de datos, etc. Aunque el Ayuntamiento aclara que las cámaras no llevarán reconocimiento facial ni IA masiva. ¿Nos lo creemos?