El PSOE se desmelena con promesas ferroviarias y adelanta la campaña electoral
Dicen que los trenes no esperan, que la modernidad se mide en decenas de kilómetros por hora, y que el progreso se fotografiará con megafonía, cintas inaugurales y sonrisas al estilo campaña electoral. Pues bien: en el mundo ferroviario español actual tenemos dos anuncios relucientes, con tipografía grande, pancarta, y el inevitable “¡vamos a!”… aunque luego haya que mirar bien dónde están las vías, si al menos hay balasto y una señal roja.
Por un lado, el Corredor Mediterráneo. Se anuncia que conectará —atención, titulares— desde Almería hasta la frontera francesa en 2027. Suena bien, ¿verdad? Un eje ferroviario de costa, mercancías, alta velocidad y ancho internacional. Pero (y siempre ese “pero” ferroviario): resulta que aún quedan tramos sin obras o con ritmo de caracol, y el comodín “hasta Algeciras” ya ni se atreve a poner fecha concreta.
Por otro lado, el anuncio estrella del momento: el AVE Madrid‑Barcelona (o lo que será) que pasará de tardar cerca de tres horas a… menos de dos. Sí, has leído bien: menos de dos horas. Y para lograrlo, el ministro anuncia subir la velocidad a 350 km/h. Suena casi de ciencia ficción… o de spot electoral.
Así que tenemos:
· Anuncio A: “En 2027 el Corredor Mediterráneo estará conectado entre Almería y Francia” + a ver cuándo lo demás.
· Anuncio B: “De Madrid a Barcelona en menos de dos horas” + empezamos los estudios, “vamos a pasar a la ofensiva”.
Ahora, si juntamos los dos… diríamos que esto es, como menos, una hoja de ruta estratégica más que un guion para cartelería reciente: “Conéctate al futuro”, “España en movimiento”, “Velocidad, modernidad, progreso”. Y por el partido que lo anuncia, parece precisamente un eslogan para años venideros: un mensaje que diga “mira lo que haremos” antes de que lo hayamos hecho. No está mal tras más de 7 años de mandato ininterrumpido…
¿Dónde está la ironía?
Porque el Corredor Mediterráneo lleva décadas en promesas, planes, reivindicaciones ciudadanas (como el movimiento #QuieroCorredor) que piden “que lo terminen ya”. ¿Y ahora resulta que está “conectado en 2027”? Magnífico, siempre que los tramos sin obras no se conviertan en “en obras desde 2028”, aunque poco o nada fiable.
Porque reducir Madrid-Barcelona a menos de dos horas es encantador… pero estamos en fase estudio. ¿Cuántos anuncios hemos visto antes que luego digan “ya veremos”, “todavía falta financiación”, “no se compromete la fecha”? Está muy en esa línea de promesa antes de ejecución. En cualquier caso es una obra singular que puede durar “solo” dos lustros…
Porque el hilo que une ambos es ese gesto político: anunciar algo grande, con números y velocidades, justo en época en la que un partido —en este caso Partido Socialista Obrero Español (PSOE)— podría usarlo como “cartel electoral”: “Mira lo que voy a hacer”. Aunque luego la foto del tren cero no salga hasta cinco años después (o diez), y para entonces quizá haya otro gobierno…
Conclusión (irónica, claro):
Si eres el ciudadano que vive en la costa mediterránea, o si viajas entre Madrid y Barcelona, puedes aplaudir los anuncios. Puedes reservar ya tu billete para “menos de dos horas” y vislumbrar el túnel del futuro por el que circulas a 350 km/h. Pero también puedes tomártelo con una taza de café relajado y decir: “Perfecto, otro gran anuncio”. Porque al final… el tren llega cuando llega, las obras avanzan cuando lo permiten, los plazos se estiran, y los carteles electorales se renuevan antes de que la máquina ruede de verdad a la velocidad que cambian los gobiernos y surgen nuevas promesas electorales de otros.
Y mientras tanto, ¿qué hacemos? Esperamos, miramos el reloj, contamos los tramos sin obra, y preguntamos: “¿y la bajada a menos de tres horas? ¿Y el ancho internacional completo? ¿Y el tercer carril para mercancías?”.
Uno se queda con la imagen: un convoy reluciente en un cartel, la bandera del partido al fondo, el ministro señalando el cronómetro, y los ciudadanos pensando: “genial, pero ¿nos bajamos ya o también esperamos cinco años (o diez) para que arranque?”.