El sueldo y las formas del gerente sigue siendo excusa para tensionar el Ayuntamiento
En el pleno del martes noche volvió a tener protagonismo el gerente, ahora denominado Coordinador, como uno de los temas de relevancia a tratar. En este caso era el punto 8º del pleno el que protagonizaba, irremediablemente, pues se tenía aprobar (o no) “Inadmitir el recurso extraordinario de revisión interpuesto por el Comité Unitario de Trabajadores/as del Ayuntamiento de Granollers y las secciones sindicales UGT, CCOO, ASTEM, CGT y SPL-CME, contra todos los actos administrativos que permitieron la amortización del puesto de trabajo de Gerente y la creación del puesto de trabajo de Coordinador”.
Como es obvio se aprobó echar para atrás el recurso (la matemática de las mayorías es lo que tiene) y dejar sólo la vía legal abierta a los que quieran seguir insistiendo en esa tesis, si es que así lo consideran los sindicatos y el comité unitario. En cualquier caso el punto fue aprovechado por todos los partidos políticos (es cierto que algunos de forma más clara que otros) para atacar la decisión del nombramiento al equipo socialista por el sueldo (120.000 brutos anuales), por los gastos imputables a su cuenta contable aunque no sean suyos (50.000), por sus formas y el tipo de negociación que ha demostrado, por ejemplo, en el caso Montserrat Montero u otros, siguiendo un estilo muy de empresa al que no se está acostumbrado, y eso no es bueno en el mundo político. Y también, por qué no decirlo, porque es más socialista que de otra corriente política (“nos ha joio mayo con las flores”, como diría un amigo mío), para algo es un cargo de confianza.
En cualquier caso, el gobierno municipal, en boca de su concejal portavoz y responsable de Personal, Francesc Arolas, le defendió a capa y espada y dejó claro que la voluntad del equipo de gobierno es que el perfil del Gerente o Coordinador, tanto monta monta tanto, es necesario para poner orden en el Ayuntamiento y algo de homogenización y cordura en su funcionamiento. A pesar de que genere controversia en la oposición o nervios a los que pueden sentir que se meten en su trabajo.