La desgraciada historia de las familias Puntas y Riera Marsá, de Granollers y La Roca, en la Guerra Civil

Glorieta de la miranda d’en Puntas

En la calle Santa Elisabeth número 20 de Granollers vivía la familia Puntas Comella, y no Puntes como pone en la placa al querer catalanizar el apellido. Una familia que, como tantas otras, vivió vidas de familiares truncadas por la guerra civil. Y no sólo familiares, sino la de amigos muy íntimos. La Casa Puntas la compró en 1910 Manuel Puntas Viñas. Le pidió al arquitecto Manuel Joaquín Raspall Mayol que la reformara, convirtiéndola en una casa de estilo modernista. Con anterioridad la casa se conocía como “Can Torreta”. ¿Por qué ese nombre? Era propiedad de Matías Llobet, conocido como “en Torreta”, porque antes de 1880 vivía en este barrio de La Roca del Valles, limítrofe con Granollers. Por eso, antes de que la adquiriera Manuel Puntas, se conocía así.

Actualmente la casa es un espacio municipal del Ayuntamiento de Granollers, donde encontramos la Escuela de música y el Servicio Municipal de Cultura. Esta no era la única propiedad de Manuel Puntas en Granollers. Fue propietario de la fábrica textil Can Jaume o Can Puntas, que se encontraba en la calle Sant Jaume. En la década de 1890 se la vendió a los hermanos Comas, pasando a llamarse la fábrica Buenaventura e Isidro Comas, Fábrica de Tejidos. Hoy en día solo queda la chimenea y la fachada de entrada, que ambos están incluidos en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.

La familia Puntas Comella, una vez terminada la guerra civil, en palabras de Montserrat Puntas Comella, hija del citado, al que escribe estas líneas, le comentó que nunca más regresaron a Granollers. Era tan grande el dolor que sentían, que no pudieron volver a pisar la ciudad. Tampoco esta ha sido generosa con la familia. No hay ni una simple placa que explique que Manuel y José María Puntas fueron asesinados durante la guerra civil. Una simple placa en la casa que habitaron daría testimonio y formaría parte de la llamada memoria histórica.

Ca'n Puntas, Granollers

Manuel Puntas se casó con Eulalia Comella Mora, natural de Vic. Tuvieron a José María, Esperanza, María del Carmen, Asunción y Montserrat. Hemos dicho que la familia sufrió la pérdida de familiares y amigos. ¿Cuáles fueron?

Manuel Puntas Viñas. Nació de Gerona el 24 de septiembre de 1874. Era procurador de los Tribunales de Granollers. Pertenecía al Partido Tradicionalista, ostentando el cargo de delegado comarcal de la Comunión Tradicionalista, en el partido judicial de Granollers. Por dicho cargo, el día anterior al 19 de julio de 1936 recibió en la estación de ferrocarril a José Vives Suriá, que venía de Barcelona con las órdenes de levantamiento, tal y como se lo comentó al que suscribe el propio José Vives.

La Causa General explica que lo detuvieron entre el 20 al 24 de octubre de 1936. El dato es erróneo, como veremos. Fueron testigos de su desaparición, declarando que era cierto, Salvador Comas Masuet, procurador que vivía en la Plaza Maluquer Salvador 19; y José Gili Riera, industrial de empresa cárnica, que vivía en la calle Corró 14.

A Manuel Puntas lo detuvo el comité local de Granollers y, por algún motivo que desconocemos, lo llevaron al centro de detención de la calle Provenza 389 de Barcelona, que estaba al mando de Antonio Ordaz, el cual antes de la guerra había sido peón en las brigadas del Ayuntamiento de Barcelona. Estaba a las órdenes de Dionisio Eroles y Aurelio Fernández. El 14 de octubre de 1936, que ese sí fue el día de su detención, lo trasladaron al cementerio de Montcada y Reixach, donde lo asesinaron. Su cadáver presentaba heridas de bala en la cabeza. Tenía 62 años.

José María Puntas Comella. Nació en Granollers el 4 de abril de 1911. Abogado y soltero. Vivía en la calle Ricomá 87. Pertenecía al Partido Tradicionalista. En la Causa General inscribieron que fue detenido el 19 de julio de 1936. Lo llevaron al vapor Uruguay, atracado en el puerto de Barcelona. El comité de Granollers lo fue a buscar, alegando que iban a ponerlo en libertad. De Barcelona lo trasladaron a Mataró, asesinándolo en el cementerio de dicha población, el 3 de noviembre de 1936. A los miembros del comité les confesó que moría católico, apostólico, romano y tradicionalista. Exclamó “¡Viva Cristo Rey!”. Su cadáver presentaba heridas en la cabeza. Su familia conserva una medalla, que llevaba cuando lo enterraron, manchada con sangre. Testigos de su desaparición fueron Santiago Puig Llivina, constructor, que vivía en la calle Ricomá 125; y Francisco Capella Cullell, industrial, que vivía en la calle Ricomá 73 primero. Tenía 24 años.

María del Carmen Puntas Comella (1917-1976), estaba prometida con el doctor Mateo Seguí Mercadal (1916-2000). Ambos no se casaron hasta 1944. Carmen se trasladó a vivir a Mahón, hogar de su marido, donde fue jefa del Servicio de Análisis Clínicos en el antiguo hospital Virgen de Monte Toro. En su honor se creó el premio Carmen Puntas Comella de excelencia sine dolore a la farmacología y la calidad de vida. Mateo Seguí Mercadal perdió a…

Mateo Seguí Carreras. Farmacéutico y padre del anterior. El 18 de noviembre de 1936 seguía encarcelado en el vapor Atalante, atracado en el puerto de Mahón, junto con otros buques de Transmediterránea, como el Aragón. Llevaba varios meses allí. Aquel día lo sacaron del barco y, junto con otros presos, lo fusilaron en el muelle de Cala Figueras. Está enterrado en el cementerio d’Es Castell.

Gabriel Seguí. Tío de anterior. Fue asesinado el 2 de agosto de 1936. En Ciudadela el capitán de Infantería Claudio Gil Alós se negó a proclamar el bando del estado de guerra, pues era manifiestamente republicano y puso la ciudad a las órdenes del gobierno legítimo. Lo hizo el comandante de Artillería Gabriel Seguí, que fue enviado para convencer a Gil sin conseguirlo, ocupando el ayuntamiento y destituyendo a la comisión gestora. Cuando se supo que los líderes del golpe en Mahón, Madrid y Barcelona habían sido detenidos, Gil Alós repartió armas entre los obreros y dio un vuelco a la situación en Ciutadella. Detuvo a Seguí y presidió la restitución de los regidores socialistas. Lo asesinaron en una calita conocida como Els Freus, justo a la entrada de la Fortaleza de La Mola, en la bocana del puerto de Maó.

También sabemos que el prometido de Esperanza Puntas Comella lo asesinaron, pero desconocemos el nombre. Mateo Seguí Mercadal también perdió al prometido de su prima Carmen Dicenta. Un buen amigo de la familia Puntas era…

Oficio 16 julio 1939

Francisco Riera Marsá. Nació en Granollers en 1916. Abogado y soltero. Vivía en la calle Corró 23. Presidente de la Comunión Tradicionalista de Granollers. Era hijo del abogado Esteban Riera Llambi y de María Marsá. Su padre también era jefe local de la Comunión Tradicionalista en Granollers y miembro de la junta del Centro Católico. El matrimonio, a parte de Francisco Javier, tuvo a Nicolás (1914-?), Federico (1917-2008) y Claudina (1910-1937). Fueron testigos de su desaparición los mismos que a Manuel Puntas Viñas.

Sus hermanos Federico y Nicolás fundaron en la década de 1940 Industrias Riera Marsá. En la década de 1960 se asociaron a Standard Brands y a Nabisco. Vendían marcas como Artiach, Marbú, Loste o Fontaneda. Intentaron crear la “Ciudad Riera-Marsá”, en Montornés del Valles, pero no prosperó el proyecto, aunque una parte del mismo es la actual Montornés Nord.

Al estallar la guerra civil y, para salvaguardar su vida, se instaló en un piso de la calle Muntaner 58 de Barcelona. Se cree que los porteros del edificio -también se habla del hijo de estos que presumía ser patrullero- lo delataron al comité que operaba en el centro de detención de la calle Provenza 389, frente a la Sagrada Familia, que era el nombrado anteriormente Antonio Ordaz. Esta detención se produjo el 14 de octubre de 1936. allí coincidió con Manuel Puntas Viñas. Ese día, junto a Puntas, lo condujeron al cementerio de Montcada y Reixach, siendo asesinado. Su cadáver presentaba herida de bala en la cabeza. Tenía 24 años.

Anteriormente hemos hablado que la familia Puntas eran propietarios de la casa de la calle Elisabeth 20 y de la fábrica textil Can Jaume. Pues bien, poseían otra propiedad. En concreto la finca Can Granota, ubicada en el barrio de La Torreta de La Roca del Vallés. En la parte alta de la finca José María Puntas Comella hizo construir una glorieta, para poder observar las estrellas, al ser aficionado a la astronomía. De planta circular en forma de templete o rotonda, formada por una cúpula semiesférica asentada sobre un voladizo moldurado. Bajo esta cubierta destaca un friso construido con baldosas de cerámica vidriado decorado con motivos relacionados con el viñedo y la uva. Tanto el friso como la cubierta están sostenidos por seis columnas de fuste decreciente, con capiteles de influencia jónica y basamentos rectangulares. La construcción presenta la cubierta y las columnas encaladas. Parece ser que le pidió al arquitecto Manuel Joaquín Raspall Mayol, que ya había rehabilitado la casa familiar, su construcción, aunque sobre el particular no hay constancia. Aquel lugar, símbolo del barrio de La Torreta, se conoce popularmente como glorieta de la miranda d’en Puntas.