Una España mejor es posible

España, un cohete algo destartalado que debe remontar pronto soltando lastre

La situación política en España con la que se inicia 2026 difícilmente se puede calificar de sana. Y no creo que a nadie se le escapa que se necesita un giro radical.

La urgencia nacional es descabalgar a este gobierno. Y no porque sea de izquierdas, y no porque sea socialista, sino por la tremenda corrupción que le invade:

  • Indultar y amnistiar a condenados por delitos muy importantes a cambio de los votos para gobernar, puede ser legal, pero es pura corrupción política.
  • Utilizar los medios públicos del Estado para denostar a los adversarios políticos y a sus familiares es pura corrupción antidemocrática
  • Utilizar la influencia de los cargos políticos para beneficiar a amigos y familiares es nepotismo y corrupción.
  • Utilizar la influencia política para enriquecerse en pura corrupción económica.
  • Cuando en tu entorno directo están robando a manos llenas, una de dos, o estás implicado o no te enteras de nada. En cualquier caso, no puedes seguir gobernando.

Y también por algo todavía mucho más importante que la corrupción:

  • Le apoyan los partidos políticos que desean descuartizar el Estado. ¿Por qué lo harán? ¿Por qué de repente se han vuelto patriotas y quieren el bien de España? ¿O, por lo contrario, porque ven que sus objetivos pueden conseguirse mejor con este gobierno?
  • Un presidente del gobierno debe gobernar para todos los españoles. Pero el actual decidió desde el primer momento levantar un muro contra sus adversarios políticos.
  • Desde las instituciones del Estado se lanzan campañas para desprestigiar a los jueces y a las instituciones autonómicas que les incordian.

Acertar el tiro

Por todo ello, en este momento, no valen otras distracciones. La derecha y la izquierda deberían ir a ello, centrándose con toda claridad en ese objetivo. Si, digo también la izquierda, porque otra diferente es posible. Aquella noble de Julio Anguita, o la de otros muchos viejos socialistas que están viendo como todo lo que ellos construyeron lo está derruyendo el sanchismo.

Supongamos que ese afán se consigue en 2026. ¿Qué es lo que toca? En primer lugar, desmantelar todo ese entramado legislativo nefasto. Leyes como la del Si es Si (incluso la reformada), la de Memoria Democrática, la de la Amnistía, las leyes trans, las de vivienda, el pacto verde, el bienestar animal, las leyes laborales que acogotan a los autónomos y un largo etcétera de disparates woke y clientelares.

El segundo paso es anular todos los chiringuitos públicos innecesarios y las subvenciones privadas a los amiguetes.

En todo esto no se puede dudar. Es preciso y necesario.

¿Y después?

Hacia la vertebración de España

Pero después de anular todas esas políticas descabelladas hay que empezar a hacer algo más, pensando en el bien común y en el largo plazo, en vertebrar España.

Esto será algo mucho más difícil, pero para lo que habría que animar a izquierdas y derechas para que empiecen a pensar en proyectos comunes ambiciosos. Algunas cosas de las que habría que iniciar, en algunos casos a hablar y en otros, por su mayor urgencia en ejecutar ya

  • Plan de inmigración. Para conseguir que, exclusivamente entren los extranjeros que vengan a ganarse honradamente la vida y a aportar al bien común. Potenciar la inmigración hispana, estar muy atentos con la musulmana y expulsar la ilegal y a los vagos y maleantes.
  • Potenciar lo que nos une y no lo que nos separa, asegurando la igualdad de todos los españoles sin diferencias territoriales. Y recuperar los valores occidentales y los valores del cristianismo (no tanto como religión sino como un hecho cultural tradicional: amor y servicio a los demás, justicia social, navidad, semana santa…)
  • Plan de no emigración. Los mejores jóvenes talentos marchan al extranjero al no encontrar oportunidades.
  • Agua y energía. El reparto desigual del agua en la península tiene solución. En cuanto a la energía, ser valientes y aprovechar todos nuestros recursos naturales y nucleares.
  • Educación. Fomentar programas educativos nacionales en los que se valore el conocimiento y la excelencia, y recuperar la urbanidad como timbre de ciudadanía.
  • Vivienda. Construcción de vivienda pública y facilidades para la creación de vivienda privada. Seguridad jurídica para la propiedad privada.
  • Autonomías. Replantear su papel, ya que en este momento sólo sirven para crear recelos e ir unas contra otras; solo están sirviendo para la complicación administrativa, para crear plataformas separadoras y tener unos costes innecesarios.
  • Reformar la ley electoral, para conseguir una representación más justa.       
  • Leyes laborales y económicas con el fin de ilusionar a trabajadores y pequeños empresarios en la dinámica del trabajo,
  • Reforma fiscal, rebajando impuestos y eliminando costes -que no servicios- inútiles de Estado y autonomías

Y muchas cosas más, pero no perdamos de vista que hay que empezar a hablar de reformar la Constitución, para que nunca más se puedan dar los casos que están sucediendo hoy de que los gobernantes la incumplan sin que haya consecuencias, y que se puedan dar casos de corrupción política que sean legales.

No he dado soluciones, ni siquiera un programa electoral. Porque no se trata de ideas coyunturales, sino estructurales. Y desde la derecha y desde la izquierda se pueden ofrecer. ¿Querrán?