Madrid: Pongamos que hablo… de gestión
Hoy quiero hablar de Madrid, la capital de todos, gobernada tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad por el Partido Popular, con José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso al frente. No hablaré de ideologías, ni de novios mediáticos, ni de imputaciones, emails comprometedores o contratos de emergencia. Tampoco hablaré de enchufes familiares, tuiteros metidos a consejeros o mascarillas a precio de oro. No.
Hoy hablo de gestión.
De lo que se hace y de lo que no. De lo que se promete y se cumple, y de lo que se promete y se olvida. Hoy quiero hablar de lo que de verdad afecta a la vida de la gente: la sanidad, la educación, el transporte público, los servicios sociales, los barrios invisibles y las prioridades políticas.
Mientras se celebran titulares como la construcción de un circuito de Fórmula 1 en Madrid, hay barrios que siguen esperando un centro de salud, un instituto público o una red de transporte digna. La velocidad con la que se anuncian licitaciones para eventos de élite contrasta con la lentitud exasperante con la que se atienden las necesidades cotidianas de miles de ciudadanos.
Valdebebas es un ejemplo paradigmático:
Un barrio de más de 30.000 personas censadas, donde el Partido Popular arrasó en las urnas, votado en clave nacional, con la esperanza de que ese apoyo se tradujera en mejoras reales. ¿Y qué ha hecho el Ayuntamiento?
Más allá de semáforos, un centro cultural ya proyectado en el mandato anterior y algunas zonas verdes que hoy parecen el Amazonas, poco. Muy poco.
— ¿Oferta cultural? Cero.
— ¿Plazas en escuelas infantiles públicas? Insuficientes.
— ¿Centro de salud? En obras, tras una presión vecinal intensa.
— ¿Instituto público? Prometido, pero ni rastro.
— ¿Transporte eficiente? Futuro. Tal vez.
Mientras tanto, se multiplican los anuncios sobre el circuito urbano de F1, una operación que parece tener prioridad total. ¿Es eso lo urgente?
Madrid se está convirtiendo en una ciudad de barrios de primera y barrios de segunda. Unos tienen parques cuidados, limpieza, equipamientos y servicios. Otros, directamente, no existen en el radar institucional.
Y no se trata de ideología, sino de sentido común, planificación y justicia territorial.
Revisando el programa electoral del PP, vemos que ya han cumplido la mayoría de sus promesas… ¡y aún quedan dos años de mandato! Eso puede parecer eficiencia, pero lo que evidencia es que el programa era corto y poco ambicioso.
Y mientras, la administración local y regional vive de titulares, de anuncios llamativos, de grandes eventos... y desconoce la vida real de sus barrios.
Madrid necesita menos “efecto wow” y más presencia, más escucha, más respuestas.
Pronto, probablemente, Ayuso salte a la política nacional, impulsada por su ambición desbordada. Y Almeida, cada vez más desconectado, delega en concejales ausentes o enfadados con el mundo.
Madrid no necesita figuras políticas ensimismadas. Necesita gestión, escucha y liderazgo que priorice la vida cotidiana. Porque una ciudad no se sostiene con titulares, se construye con compromisos cumplidos.