Nos invaden los necios
Decía Umberto Eco que “las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los necios.”
Y esto me da pie a opinar desde mi humilde posición de mero ciudadano medio. Jamás se me ocurriría compararme con el filósofo, escritor y profesor italiano Umberto Eco, ¡Dios me libre!
Como opinante creo que desde el derecho que todos tenemos a expresar nuestro pensamiento y nuestros sentimientos, hay algo que solemos no controlar y es una “cierta autocensura” en nuestras declaraciones. Es normal, porque forma parte de la condición humana, que alguna que otra vez soltemos exabruptos fruto de momentos de tensión o como válvula de escape a situaciones vividas y que no somos capaces de controlar.
Vivimos casi a diario con este tipo de exabruptos expulsados por una clase política que cada día nos avergüenza más. Con los miles de problemas que arrastramos los ciudadanos, empleo precario, salarios insuficientes, dificultad de acceso a la vivienda, retrasos en citas sanitarias, inseguridad creciente...y no quiero seguir más por no aburrir. Tenemos a un destacado dirigente del PP diciendo que hay que “empezar a cavar la fosa” del gobierno. Tal vez en su mente sonaba bien, pero soltar tal brutalidad dialéctica no ayuda en absoluto a normalizar la convivencia, ni entre la sociedad ni entre los partidos políticos mayoritarios actuales.
Pero es que tenemos a Patxi López despotricando contra la oposición y hablando de que solo lanzan crispación y odio (le dijo la sartén al cazo).
Es decir, los políticos actuales, en lugar de dedicarse a buscar solución a las necesidades que tenemos los ciudadanos, se dedican, exclusivamente, a insultarse unos a otros porque eso les beneficia personalmente, es decir, mientras más tensionada esté la sociedad, mientras más división social exista, más se aseguran que a la hora de votar los electores optarán por uno o por el otro. Y ellos seguirán viviendo a costa de nosotros, mientras tenemos muy serias dificultades para llegar a final de mes.
Da la sensación que a la política han llegado los más ineptos, los más necios, los que entienden la política como su particular forma de vida.
Creo que ya es hora de una nueva y real política, de personas que prioricen la coherencia y la resolución de los problemas. En España necesitamos reformar muchas cosas y decisiones tomadas en estos años pasados; necesitamos reforzar las instituciones que conforman y mantienen nuestro estado democrático. Y esto con los partidos actuales no lo vamos a conseguir porque a ninguno de ellos les interesa. Estemos pendientes de nuevas opciones que prioricen el interés del ciudadano y los cambios necesarios para, entre todos, mejorar nuestra ya complicada existencia.
Mi abuela Remedios decía “Que bo és el coneiximent” (que bueno es el conocimiento) cuando alguien soltaba una frase o un razonamiento desafortunado sobre algo que había ocurrido o frente a una respuesta fuera de lugar. Y es que el conocimiento, no desde la parte de “conocer algo o a alguien” si no desde la facultad del ser humano para comprender por medio de la razón y la naturaleza de las cualidades y relaciones de las cosas, suele ser el mayor hándicap del que hacemos gala los humanos cuando nos atrevemos a publicar o a expresar sin ningún tipo de filtro. Tal vez “pensando” (lo pongo entrecomillado porque seguramente lo que menos hacemos es pensar) en que a nadie le va a importar lo que decimos o escribimos.
Sea como sea, me entristece leer opiniones de personas a las que en algún momento he considerado que tenían un nivel intelectual alto o superior a la media. Hay un refrán que solía decir mi abuelo Vicente “si vols saber com és fulanet, dóna-li un carguet” (si quieres saber cómo es fulanito, dale un carguito)
Y lo peor de esto, lo más peligroso, es la proliferación de las fake news y la facilidad que tenemos en propagarlas, creando falsas realidades, rivalidades, enfrentamientos que solo nos llevan al extremismo y a la confrontación abandonando el dialogo y el razonamiento, una de las cosas que nos diferencia a los seres humanos dentro del reino animal.
Pues eso, que cada día parecemos más necios… y esto es ya toda una invasión.