Nuestros padres (o abuelos según la edad de cada cual) podían permitirse por primera vez una vivienda digna, automóvil y unas vacaciones en la playa. Es verdad que se trabajaba mucho, incluso con pluriempleo, pero las familias respiraban y no sentían la asfixia económica que sufrimos actualmente en muchos hogares.
Empleados, autónomos y pequeños empresarios creaban una amplia franja social que con su esfuerzo engrasaba la maquinaria del consumo interno ya que el balance entre sus ingresos y sus gastos lo permitían. Reitero lo de amplia, aunque claro está, que también había por un lado la clase social alta y adinerada y por otro la clase desfavorecida, siendo estas dos minoritarias.
Si damos una ojeada a la actualidad vemos como esa clase media va desapareciendo. Aumentan los pobres con sueldo, es decir, personas que aun trabajando tienen serias dificultades para llegar a final de mes. ¿Las causas? Varias: sueldos bajos, el carro de la compra y la vivienda por las nubes...
Y ahora viene la ocurrencia de nuestra vicepresidenta Díaz a rescatarnos reduciendo la jornada laboral..."para vivir mejor". ¿A quién no le gusta un dulce si se lo ofrecen? ¿Pero y si ese dulce nos hace aumentar nuestra diabetes? El único apoyo que recibe es de los sindicatos títeres que hacen de palmeros ya que los empresarios niegan la mayor.
De aprobarse esta medida afectará, en primera instancia, a la pequeña empresa y a los autónomos que verán asfixiada su competitividad pero a medio - largo plazo también afectará gravemente a los empleados. Veamos.
La única manera de progresar económicamente para un trabajador es con el aumento de sueldo y eso será inviable si las empresas deben contratar más personal para cubrir las horas de menos que trabajará cada uno de sus empleados. Más gastos son menos beneficios. Menos beneficios son sinónimo de peor situación para los empleados. Puede parecer que para el trabajador trabajar menos cobrando lo mismo ya es un aumento de sueldo, pero es pan para hoy y hambre para mañana. ¿De qué me sirve tener más tiempo libre si gano poco y no llego a final de mes? Además ¿quién te dice que no se mantendrá la carga de trabajo en una jornada menor?
La misma Yolanda Díaz admite las pérdidas que sufrirá la empresa y promete, en algunos casos, subvenciones para subsanarlas (estrategia muy de izquierdas esto de ir dando subvenciones). Ya estamos otra vez con los incentivos públicos selectivos que pagaremos entre todos y que desvían fondos que sin duda serían más útiles en partidas urgentes como la mejora de la educación o la sanidad.
A mi entender, la producción y la calidad son las únicas vías para el desarrollo y el bienestar de empleados, autónomos y pequeñas empresas. Pero una vez más, nuestro gobierno va en la dirección contraria. El recorte de la jornada laboral tan solo supone repartir la miseria y una piedra más que favorece la extinción de la clase media.