España inaugura un tramo de la autovía Lérida-Huesca 21 años después de su inicio
Veintiún años. Sí, has leído bien: 21 largos años han tardado las autoridades pertinentes en terminar un tramo de autovía que une Siétamo con la capital de Huesca. Un siglo en años de obra pública, sin duda. Pero esta semana, por fin, los sueños se han cumplido: se inaugura la A-22. 113 kilómetros de esperas, licencias, parones y ajustes presupuestarios. Y se esperan, atención, 10.000 coches al día para estrenar la vía con dignidad.
El milagro administrativo
La última piedra se colocó el 1 de octubre. El tramo se convierte ahora en la conexión oficial entre Huesca y Lleida, cerrando un proyecto que arrancó… ¡2004! Sí, en aquel entonces los teléfonos no eran inteligentes, los memes no existían y los presupuestos no se llamaban “líneas plurianuales” sino “promesas”.
Las causas del retraso son, por supuesto, coloridas:
- la crisis de 2008 arrancó con ganas y mucha tijera financiera, congelando partidas;
- permisos, medio ambiente, ajustes de trazados y burocracia que crecía más que la obra;
- “imprevistos” que solo aparecían cuando convenía prolongar plazos y justificar más desembolsos.
Finalmente, con bombos y platillos, se calcula que más de 61 millones de euros se emplearon solo en el tramo final. Un precio merecido para inaugurar lo que muchos ya empezaban a creer que era un mito local.
10.000 coches al día (o eso dicen)
Los futuros usuarios del tramo podrían sorprenderse cuando haya “solo” cinco mil coches, o diez. Pero según las previsiones oficiales, 10.000 vehículos diarios rodarán por allí. Una cifra que suena optimista, y más para inaugurar algo que parecía eterno.
Tampoco olvidemos que hay rutas alternativas, ciudadanos escépticos y un fondo de humo administrativo que cualquier conductor avispado ya huele a distancia. Pero bueno: 10.000 coches es un número redondo, visualmente atractivo y fácil de colocar en titulares.
Reflexiones irónicas (aunque ciertas)
- Si has pensado en jubilarte, quizá vivas el día en que convoquen las obras del siguiente tramo con bombos.
- Los políticos locales pueden lucir fotos + selfies: “Yo estuve aquí cuando acabó la obra”.
- Mientras tanto, muchos otros tramos prometidos llevan más tiempo en espera que esta autovía en terminar. No estarás solo si miras tu propia ciudad y recuerdas promesas “crecientes”.
Epílogo
Se estrena una autovía, 21 años tardíos y 61 millones adicionales invertidos. Pero lo más irónico es que, mientras el asfalto nuevo se extiende, la memoria colectiva no olvida. Se inaugura un tramo “esperado”, adorado por titulares y políticos, pero también señalado como ejemplo dichoso del arte de dilatar lo inevitable.
Y ahora, que circule el tráfico… si alguien se acuerda de comprobar cuántos coches reales pasan, el dato será oro puro para futuras promesas electorales.