Incoherencias de hoy
¡Cómo echo de menos los tiempos en los que la palabra dada era un valor seguro y un apretón de manos en un pacto o contrato era más sagrado que un papel escrito y firmado! Con el paso del tiempo y en escasas cinco o seis décadas, la palabra basada en el honor y la dignidad de la persona que la ofrecía ha perdido todo su valor. Y es que el honor y la dignidad (valores que se consideraban eternos) están actualmente despreciados, infravalorados e incluso ridiculizados.
Ahora se miente más que se habla, se inventan versiones redondeadas en relatos prefabricados y edulcoradas de mensajes “modernos”, se disfrazan verdades y se distribuyen como caramelos a las puertas de los colegios, ya sea por los medios de comunicación tradicionales o por las redes sociales. Y lo que me parece más grave es que esta manera de actuar ya no es exclusiva de la gente marginada como tantas veces hemos visto en la literatura picaresca española*, sino que es común a todas las capas de la sociedad y sobre todo a nuestras clases dirigentes (de cualquier estamento sea social, cultural, económico o político).
Tristemente la mayoría de la población compra estas píldoras sin un mínimo de espíritu crítico, y sin pasar la información que le llega por el tamiz de la veracidad y de la información variada y contrastada.
Así vemos ejemplos espeluznantes que deberían remover nuestras entrañas y empujarnos a la rebelión.
Empecemos:
¿Cómo es posible que el país más “liberal del mundo” (según ellos mismos), EEUU, que siempre ha defendido el libre comercio, ahora inicie una guerra arancelaria propia de políticas económicas proteccionistas?
Curiosamente EEUU e Inglaterra tienen mucho prestigio en el mundo (el idioma más internacional es el inglés y la moneda base el dólar) como garantes de las libertades, pero estos brotes proteccionistas actuales y los ataques a cualquier cultura o país que no sea el suyo, son habituales en su historia. Pongamos un ejemplo: Inglaterra y las colonias de América del Norte (inicios de EEUU) fueron claves en la Independencia de las actuales Repúblicas Hispanoamericanas ya que les molestaba el comercio de estas provincias con España y querían hacerse con el negocio y apropiarse de él, de manera que favorecieron la Independencia en nombre de la Libertad y el libre comercio. Ahora, estas Repúblicas (hermanas) están endeudadas hasta las orejas y no pueden desarrollarse. De ser los territorios más ricos han pasado a ser los de mayor pobreza y corrupción.
¿Cómo es posible que un país europeo (Ucrania) sea invadido por una superpotencia (Rusia) y que para asegurar la paz y un mínimo de seguridad tenga que regalar su riqueza minera (tierras raras) a una segunda potencia (EEUU) y la Unión Europea se quede tan tranquila y nadie pueda hacer nada al respecto?
Parece que no hay suficientes sanciones económicas y políticas que hagan temblar al presidente ruso ni tampoco hay la valentía para enfrentarse económica y políticamente al presidente norteamericano. Imagino que nadie quiere la tercera guerra mundial, de manera que estamos condenados a la ley del más fuerte.
¿Cómo es posible que sigan muriendo cada día cientos de palestinos (hombres, mujeres, ancianos y niños) en Gaza y que ninguna institución multinacional pueda detenerlo?
Nos acostumbramos a todo. También a ver imágenes de guerra, de destrucción y de muerte. De hecho, somos aficionados a las películas y series donde muere hasta el apuntador. ¿O no? Pero esto es real.
Y algunas historias de menos calado:
¿Cómo es posible que un Gobierno nacional que no ha ganado ninguna elección y que obtuvo el poder por una moción de censura (por un tema de presunta corrupción) siga ejerciendo el poder con los casos judiciales que les están salpicando, como si no pasara nada?
¿Cómo es posible que para mantener un muro ideológico, el Gobierno nacional pueda pactar leyes (con las correspondientes cesiones, no menores) con partidos que tienen entre su ideario destruir España, en lugar de pactar con partidos que aunque no comulguen con ellos al menos sí buscan la mejora de todo el país?
¿Cómo es posible que no dimita nadie después de los episodios de la DANA en la Comunidad Valenciana o del apagón nacional?
No entraré en un debate público para posicionarme sobre quién tiene razón en cada uno de los conflictos. Solo me pregunto cómo es posible que no salgamos a la calle a quejarnos por esto y sí salgamos a felicitar a unos campeones de fútbol.
Para mí estas cosas son incomprensibles y alejadas de lo que decía al inicio que echo de menos: el honor y la dignidad humana.