Opinión

La política municipal: cohesión o separación

La política municipal es a menudo el primer eslabón en la cadena de ayuda al ciudadano. Sin embargo, en algunos casos puede ser el último eslabón debido a las limitaciones de recursos, intereses partidistas (de partido) y personales.

Ajuntament de Granollers
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Las personas elegidas por los ciudadanos para ejercer la política municipal deberían ser personas con integridad y transparencia. Capaces de comunicarse de manera efectiva, escuchando y respondiendo a las necesidades de la gente. Personas enfocadas en el bien común y no en intereses personales o de un grupo político concreto.

Si esto fuese así, las persones que se encargan de las políticas municipales serían los elementos de cohesión que necesitaría la ciudadanía en busca de un objetivo común: la mejora del municipio.

Ahora bien, si las personas que forman parte de un gobierno municipal no tienen las capacitaciones necesarias, anteponen la ideología o las pautas que marca un determinado partido político, o si priorizan el interés personal por encima del común...; entonces estaríamos hablando de disgregación, de separación de las clases, de ciudadanos de primera y de segunda.

La toma de decisiones partidistas basadas en ideología de partido y que implementan proyectos que no responden a las necesidades de los ciudadanos, crea clientelismo y nepotismo. Con ello se otorgan cargos y contratos a persones afines al partido en lugar de basarse en la meritocracia y la capacidad. Genera un desarrollo desigual y discriminatorio en algunos casos: si son grupos afines obtendrán beneficios mientras otros contrarios o divergentes se verán marginados. Prolifera la ineficacia y la corrupción haciendo mal uso de los recursos públicos-municipales y sobre todo promueve la división y la polarización con las personas que están en partidos de ideologías - opiniones diferentes.

La política municipal está hecha para resolver problemas cercanos, para integrar. No para hacer más grande la división social y desintegrar, Debería estar regida por persones capaces que la hagan sentir suya al conjunto de la ciudadanía para que las persones que integran el total del municipio se sientan escuchadas, atendidas, respetadas y no arrinconadas dependiendo de que su ideología o pensamiento político sea afín o no a un partido.

A la realidad me remito, todas las personas que lean este artículo, podrían hacer una reflexión si en sus municipios más cercanos se cumplen estas prerrogativas o, por el contrario, consideran que se anteponen los criterios de partidos supramunicipales.