Algo ha cambiado en la política de Granollers: ¡Viva la precampaña electoral!

La Marea Pensionista en su intervención en el último plenario

La pasada semana fuimos testigos de muchos movimientos sociales que, por si solos, no parecen demasiado relevantes pero que, cuando se juntan, dan la dimensión exacta de que algo está cambiando en la sociedad granollerense. Y no son, precisamente, los partidos políticos. Más bien lo contrario.

La sociedad civil, la gente normal, anónima empieza a “activarse” como en los tiempos de la transición o de los primeros años de la democracia, cuando la vía reivindicativa era la única posible para que se te escuchara y se hiciera caso a tus demandas.

Todo empieza cuando un buen número de profesores de Escoles Bressol (guarderías) públicas se manifiesta ante el Ayuntamiento demandando que se valore más su trabajo, que las ratios de alumno por clase bajen (aunque estén ya más bajos de lo que marca la propia Generalitat) que no se descarte cualquier posibilidad de mejora y que se utilice menos las guarderías privadas como salida. Ante esto el equipo de gobierno contraataca avisando que las guarderías públicas están para dar solución a los niños en situación de mayor vulnerabilidad y que tienen en perspectiva la construcción de un nuevo centro para, máximo, un par de años que de soluciones al desproporcionado crecimiento demográfico.

Si sumamos esta protesta a la que ha tenido el equipo de gobierno socialista durante los últimos meses bajo sus ventanas cada semana: la de sus propios trabajadores, no está de más pensar que la “pax publica” no reina, precisamente en Granollers, si hablamos de funcionarios o trabajadores municipales, aunque se haya alcanzado un acuerdo con los sindicatos y se esté a la espera de firmar el convenio cuatrianual.     

Y ahora viene el momento de hablar del pleno del pasado martes de Ascensión. Un pleno calentito que ha sido el más largo de esta legislatura y duró hasta pasadas las 23 horas, casi cuatro horas. Al margen de las ganas de “felicitar” los dos años de las últimas elecciones municipales (28 de Mayo del 2023) que tenían algunos partidos políticos, bien “felicitadas” sean, y de hablar de los numeritos de cierre del ejercicio presupuestario anterior en el que todos estaban en desacuerdo por “detalles” pero que acabó aprobándose sin problemas y sin prácticamente oposición, la cuestión mollar estuvo en las Mociones de los partidos políticos y en las Preguntas de ellos y, sobre todo, del público.

Para empezar ERC ha descubierto una bandera donde engancharse con la decisión del Departament de Educació de rebajar y restringir algunas expectativas de nuevas matriculaciones en el Colegio Joan Solans. Cosa curiosa pues es la propia ERC quien apoya al PSC en la Generalitat y quienes allí dicen sí a todo. En fin, la moción fue rechazada por el voto contrario del PSC pero tuvo el apoyo de todas las fuerzas políticas locales (incluso de Vox, pues para que voten a favor de ERC no hay cordón sanitario que valga). Luego, en preguntas del público, una madre del Joan Solans y el director del centro, por alusiones, intervinieron instando al equipo de gobierno municipal a que no se redujeran las plazas en su centro, aunque sobren en el cómputo global de la ciudad.

Por tanto, funcionarios y trabajadores municipales, por un lado, profesores y padres de las guarderías por el otro y padres y profesores del CP Joan Solans, por último, fueron los tres primeros casos de disensión o ataque a la línea de flotación socialista bien orquestada en los últimos días. Pero no lo únicos, pues faltaba el comodín del público, como no podía ser meno,s en un día tan bien estructurado en el que se juntaron todas las fuerzas del mal enseñando el lado oscuro de nuestra administración local.

¿Cómo estaba la sala? Casi abarrotá...

Y el comodín del público estuvo dividido en dos corrientes: la del barrio de la Font Verda y la de la gente Mayor y “Granollers sense barreres”. En el caso de la Font Verda, al margen de estar más cabreados que una mona en una feria con las escaleras mecánicas que, por enésima vez, el Ayuntamiento de Granollers en ese pleno dice intentar arreglar para que funcionen sin que un soplido de murciélago las averíe, empiezan a estar hartamente preocupados de que sus calles y sus portales se conviertan en escenas diarias de “street fighter” como está ocurriendo en las últimas semanas sin solución alguna. Y con toda la razón. Un grupo de vecinos que representaba a unos 500 y que no sabían ni que existía la Asociación de Vecinos del Barrio, manifestó su cabreo, sus temores y la necesidad imperiosa de poner coto a los problemas y dar soluciones a la vecindad.

Obviamente los políticos locales prometieron lo que debían: analizar los hechos y buscar soluciones, pero mala solución se puede tener si la policía local y los mossos d’Esquadra (que también son del barrio) no intensifican sus recursos y anulan a esos agresivos invasores si pasarlos al barrio de al lado.

La última de las reivindicaciones, encabezada por la Marea de pensionistas la necesidad de cubrir a los más de 13.000 pensionistas de Granollers en sus necesidades. Así como dieron soporte a la moción de Primàries y ERC de solicitar al Estado (es decir a parte de ERC) que se auditen las cuentas de la Seguridad Social desde el 1967 al 2019 para ver como impactan en “los pactos de Toledo” y en las pensiones. Casi nada. En resumen, una de esas mociones que son un brindis al sol y absolutamente evitables en un pleno de un Ayuntamiento que poco puede hacer más que soplar o tocar la gaita.

Por otro lado, el colectivo Granollers sense barreres explicó las necesidades de adecuación de la ciudad a las personas en silla de ruedas o con dificultades de movilidad. Tanto explicó que separó la solicitud por áreas municipales, con todo detalle, y añadió el imposible acceso a los propios edificios municipales con silla de ruedas (manda narices). La lista se la quedó el equipo de Gobierno habitual que irá contestando a medida que pueda, obviamente, y sepa qué decir.

En definitiva, la “gente del pueblo” se ha despertado en Granollers, de golpe, con ganas de revindicar y de pedir todo lo que se considere justo y necesario a los socialistas del PSC que van de mayoría en mayoría absoluta en su segundo aniversario de la última conseguida. Por primera vez Alba Barnusell y sus regidores han sentido el aliento de la oposición. Pero no de la oposición de los políticos de enfrente si no la de sus propios ciudadanos que se están moviendo en todas las direcciones.

Habrá que analizar, dependiendo como sigan evolucionando esos “movimientos”, si los partidos políticos andan detrás o sólo lo intentan conseguirlo o es el pueblo el que ha tomado el mando ante la inacción de la oposición de los últimos años. En cualquier caso, algo ha cambiado en la Granollers de las cosas políticas. Bienvenidos a la precampaña electoral de España, Cataluña, Barcelona y Granollers, por supuesto.