Trabajar en España es un deporte para tontos

¿Es mejor observar el sol o trabajar?

Al fin huérfano de la necesidad de encontrar los adjetivos exactos que conduzcan mi opinión por el erróneo sendero de la influencia que nunca se confirma, escribir se ha convertido en un acto de sublime libertad que permite bucear con calma sobre esos temas que de verdad deberían requerir nuestra atención. Suelen formar parte de las últimas páginas de los diarios y no quieras encontrarlos nunca en los resúmenes de televisión, donde prima la orgía y el espectáculo, escuela que ha calado con tal impregnación, que la capa de estulticia es de tal grosor que impide la llegada del más mínimo razonamiento. Conclusión: escribo para alimentar una necesidad vital y calmar mi espíritu, que no es poco.

Hace tiempo que el diccionario español quedó obsoleto a la hora de encontrar adjetivos con los que calificar la situación política que vivimos en España. ¡Quien le iba a decir esto a ilustres como Cervantes, Quevedo o Pérez Galdós!, pero así es. Si ninguna noticia, por esperpéntica que sea, nos llama ya la atención ni es capaz de aguantarse más allá de 24 horas a la espera de que otro exabrupto, ridículo y grotesco coja el relevo, ¿qué podría hacer aquel que se defiende con la palabra? Es tal el nivel de estulticia y analfabetismo en el que nos hemos instalado, que nos anuncian que el gasto en subsidios ha crecido un 10% en España en el último año, justo el mismo tiempo en el que el paro ha bajado en 52.900 personas, y nos quedamos como el que escucha llover. Literal.

Hemos pasado del flautista de Hamelin a David Copperfield. No sólo conducen la opinión pública por donde quieren, con menos trabas que un pastor a su rebaño de ovejas, sino que la engañan y roban en su propia cara y aquí no ha pasado nada. ¿Se ha parado alguien a valorar esta comparativa? Resulta, viene esto a decirnos, que cada vez son más los que tienen un empleo, pero el Gobierno necesita cada vez más dinero de nuestros impuestos, ya confiscatorios, para pagar subsidios. Traducido al castellano, para pagar a quienes están en paro. Son unos genios, consiguen que algo suba y baje a la misma vez y aun así siguen siendo legión quienes todavía les aplauden y votan.

Es como saber que el vecino de al lado lleva tiempo fabricando una bomba que en cuanto estalle va hacer bolar por los aires el edificio completo, pero interesa más seguir la discusión sobre si fue o no penalti esa jugada que impidió la victoria de nuestro equipo el pasado fin de semana.

¿Quién tiene más culpa en todo esto?, es difícil situar a alguien en la cúspide, llevamos años permitiendo que nos apetezca más hablar de golfos como el Fiscal General, el delincuente de Puigdemont, las chistorras de Koldo o tantas otras quimeras, que no levantamos la vista de nuestro ombligo y agachados, seguir sobreviviendo a la brutal subida de la carestía de la vida. Se nos ha olvidado que hasta hace muy poco, una familia compuesta por 7 miembros y en la que sólo trabajaba el padre, podía vivir dignamente con casa y coche en propiedad, los hijos escolarizados y sin que nadie pasara hambre o fuera mal vestido. Dime en que se parece esa situación a la que tenemos hoy y luego convéncete de que estamos en manos de quienes se preocupan por el progreso social. Te escucho.

Ni los propios medios de comunicación le dan importancia a la situación. ¿Tendrá algo que ver que la mayoría vive de los ingresos publicitarios que les llegan por la vía pública? ¿Recuerdas eso de no morder la mano de quien te da de comer? Entre las páginas 30 y 32 de un importante diario de tirada nacional encuentro no sólo lo ya descrito, sino que a día de hoy ninguna región española puede pagar sus propias pensiones con las cotizaciones recaudadas, lo que suma otro peldaño a la falacia de que cada día se recauda más por cotizaciones, primer resultado lógico de tener más gente trabajando y cotizando. Todo mentira. No debería sorprendernos que haya crecido un 23% el ahorro por las dudas que genera cobrar la jubilación al retirarse. Nadie se fía de que cuando llegue esa hora el Gobierno mantenga algo más que telarañas en la caja que debería garantizar la tranquilidad de quien ha cotizado durante 40 años.

Hay datos a los que se llega con facilidad y resuelven muchas dudas, si existe interés. En 1.976 el Estado tenía a su cargo 1.358.000 funcionarios, éramos entonces 36 millones de españoles. En 2025 y con 49`5 millones de ciudadanos, un 35% más, son 3.000.000 de funcionarios los que pagamos entre todos, habiendo crecido un 120% la nómina. ¿Tienes la sensación de estar mejor atendido?, ¿crees que los propios funcionarios son felices o cada día exigen más a pesar de su privilegiada posición? Es sólo un dato, poderoso eso sí, que se suma a la larga lista de hitos que harán que sobre nosotros caiga la hecatombe, es sólo cuestión de tiempo. Tenemos una deuda que se acerca a los 2 billones de euros, con B de barbaridad.

Pero volvamos al inicio. ¿Por qué cada día hay más gasto en subsidios si son más los que trabajan?. Sin entrar en ese cercano millón de personas con un contrato de fijo discontinuo o aquellos que están estudiando un curso porque les obliga la administración, y que ambos suman como trabajadores y no parados, los tarados de Podemos se salieron con la suya a la hora de consolidar e incrementar el subsidio a los mayores de 52 años que lo solicitaran. Hoy son 453.000 los españoles que, sin pegar palo al agua, cobra 480 euros/mes hasta los 68 años, a lo que hay que sumar los 502 euros/mes que añade papá Estado para que además coticen por el Salario Mínimo y puedan jubilarse igual que los otros 7 millones de españoles que cobran esos 1.184 euros del SMI, pero por trabajar todos los días 8 horas.

Ya lo tienes, ahí está el incremento que no encontrábamos y que asciende sólo este año a 5.400 millones de tus impuestos. ¿Es justo medir a todos por el mismo rasero?, no. Pero ya son muchos los que alzan la voz porque con este chollo se desincentiva la búsqueda de trabajo. ¿Qué prefieres tú, 1.184 euros currando todos los días, o 480 más 502 de Seguridad Social por no moverte del sofá? ¡Ya veremos qué pasa en cuanto esos otros 7´5 millones de españoles empiecen a acercarse a los 52 años y se enteren de este chollazo!. Por cierto, esos 453 mil también suman como empleados y no como parados.! Disfruten lo votado ¡.