Educar en tiempos en que la tecnología lo ocupa todo

Si ya de entrada la gran mayoría de las familias sienten el peso de la responsabilidad cuando traen un bebé a este mundo y les asaltan miles de preguntas de cómo educar a su prole; a esto hay que sumarle la incertidumbre de saber cómo educarlos en un mundo hiperconectado.

Pero empecemos por el principio preguntándonos ¿qué significa educar?

educar con un móvil en la mano
photo_camera educar amb un mòbil a la mà

Encontraremos miles de respuestas a esta pregunta si recurrimos a la IA o a las páginas web (o libros) que hablan sobre el tema. Así que vamos a tratar de simplificar escuchando a quién sabe y para mí, uno de los referentes es el reputado psiquiatra Enrique Rojas que dice lo siguiente: "Educar es convertir a alguien en persona. Educar es seducir con los valores que no pasan de moda. "

No puedo estar más de acuerdo con esta afirmación. A mi entender, "llenar " de valores a tus hijos, es la herencia más grande que les puedes dar. Y si son de verdad valores (y no contravalores, estigmas o prejuicios) no pasan de moda por mucho tiempo que recorran en sus vidas. Son eternos y muy humanos.

Además, dice algo que me atrae y mucho: "Seducir". Y es así porque los valores no se pueden enseñar sino es con el ejemplo. No se adquieren con discursos ni con regañinas. Los valores hay que vivirlos y ponerlos en práctica porque los has visto en tu casa, en tu colegio o en tu ambiente cotidiano.

Pero vamos más allá. Para educar es necesario el amor y su aliada la disciplina. Ser dulcemente exigente y coherente. Porque la disciplina (malquerida en los últimos tiempos) debe tener estar dos vertientes unidas, es decir, se debe exigir siendo coherente con lo que se exige y una vez más, dando ejemplo de lo que se exige.

Con estas premisas ya tenemos la base para conseguir "convertir a alguien en persona" como dice el Sr. Rojas, pero falta otro criterio tanto o más importante como es la formación.

Y la formación es bien distinta de la información a la que en nuestros días estamos tan acostumbrados. Estar informado supone saber lo que está pasando, aquí o en otra parte del mundo y eso no está mal, pero estar formado supone tener el criterio suficiente para valorar esa información, para entenderla sin caer en los relatos que nos quieran inculcar y gestionar tus acciones en base a ellas.

Como dice el mismo locuaz psiquiatra, se trata de darle a la persona "raíces y alas". Las raíces se hunden y se nutren del fondo de los valores y las alas se las da la formación que les permite tener las ideas claras para saber a qué atenerse y cómo actuar.

Entonces y buscando la respuesta a: ¿qué hacer en nuestros días en que todo se basa en la interconectabilidad y la información?; deberíamos asegurarnos de llenar de valores a nuestros hijos desde el minuto cero. Hacerlo con una exigencia amorosa pero firme y asegurarnos de darles la mejor formación posible para crear mentes con criterio propio.

Con esto conseguiremos que valoren como fundamental su capacidad de gobernar a las pantallas y usarlas en su beneficio, no como adicción.

Pequeños gestos como los de "aparcar" las pantallas a la hora de comer todos juntos,  lejos de la mesa o apagarlas a partir de cierta hora de la noche,  son victorias que se consiguen cuando hay valores, disciplina y criterio.

En la actualidad, el teléfono móvil se ha convertido en una herramienta omnipresente en la vida de los niños españoles. Los datos son claros. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 70,6% de los menores de entre 10 y 15 años posee un teléfono móvil y llega al 96% en adolescentes. El masivo uso del dispositivo sabemos que puede llevar a adición, dificultades de concentración, disminución de la tolerancia a la frustración y problemas de salud mental en casos extremos además de los problemas físicos derivados de un excesivo uso como los de la vista o los de la obesidad por falta de actividad. Por todo ello es tan importante creer y poner en práctica los anteriores consejos sobre educación.

Me preocupa y me duele ver como muchas familias distraen a sus bebes en salas de espera, comedores de restaurante, en el transporte,  etc., con sus miradas pegadas a las pantallas. ¿Dónde han quedado los pequeños juguetes, los cuentos o los cuadernos de pintar, o la simple charla familiar?

Pero hay brotes verdes a los que hay que dar importancia.  Un informe del Instituto Tecnológico del Producto Infantil y de Ocio (AIJU), en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Crecer Jugando, revela que el 76% de los niños de Primaria se sienten más creativos sin el uso de pantallas, y el 61% desarrolla habilidades sociales y empatiza mejor con juegos físicos o de mesa .

Habría que profundizar en estos estudios recientes que sugieren que los niños valoran mejor las actividades sin dispositivos digitales y trabajar insistentemente en estos primeros años de vida creando una buena y sólida base de valores para conseguir un uso con criterio cuando sean adolescentes y jóvenes.

Más en Cultura