Más de 100 personas aquí en Barcelona en la presentación de su libro en un círculo privado es todo un éxito. ¿Por qué tenemos que leer “España tiene solución”, cuáles son las grandes novedades que ofrece en él?
El libro hace un repaso de cómo hemos llegado a la situación actual con esos problemas básicos que azotan a España y a Occidente y por qué el marxismo cultural nos ha hecho tanto daño. A partir de ahí, lo que propongo son dos tipos de solución. La primera es una batería de medidas de devolución del prestigio de las instituciones, porque no hay país que resista con instituciones deterioradas sin separación de poderes y tal deterioro durante los últimos años. Por lo tanto, en la recuperación del Estado de Derecho en toda su inmensidad. Y la segunda, una batería de medidas más de tipo económico y que tienen orientación y una clara intención de impulsar el crecimiento económico, a generar riqueza, a generar empleo, a generar un nuevo milagro económico español como el que vivimos en los 60. Tampoco estuvimos mal en los años 90 y ahora, 30 años más tarde de aquello, creo que es el momento de un nuevo milagro económico español.
Dejando de banda la economía, que evidentemente está al nivel que está, aunque los índices hablan muy bien la realidad no lo demuestra, vayamos a la realidad política. ¿Realmente existe solución con el sistema actual de partidos políticos tradicionales? ¿La solución para este país consiste en mantener la actual estructura o hay que empezar a cambiar el sistema? Usted antes ha dicho que no toquemos la Constitución ahora, ¿pero debemos dejarlo todo igual “sine die”?
Una expresión británica dice que, cuando tiras el agua de la palangana debes tener cuidado de no tirar también al bebé. Entonces yo comprendo que estamos en un momento en el que nuestro sistema muestra todo tipo de debilidades, muestra las costuras, muestra un montón de agujeros, pero debemos que tener mucho cuidado de no aniquilar el sistema. No hay necesidad. El sistema ha funcionado bastante bien hasta que han llegado los dirigentes de los últimos años. El sistema se puede reformar, se puede mejorar, pero que no lo debemos desmontar. A pesar de eso, es verdad que tenemos un sistema, basado en partidos políticos, que crean una serie de problemas que son difíciles de solucionar. Pero insisto, tengamos mucho cuidado en no desmontar un sistema que ha generado bastante bienestar. Orientémonos más bien a reformar el sistema y no a denostarlo por completo, porque los riesgos inherentes a eso son muy elevados.
¿Que la derecha vaya separada no solo en presentación de listas, sino en conceptos, y que esto signifique confrontación, va a hacer que cuando de verdad tengamos las elecciones generales, probablemente dentro de 2 años, se beneficie la izquierda de esa separación o va a salir reforzada la derecha finalmente?
Que vayan separadas en listas y en ideología a mí no me parece mal. Creo que es algo que está muy bien y se pueden complementar. Y contra eso no hay nada. El problema es que vayan confrontando entre ellos. Yo creo que, en este momento, tenemos que haber pensado más que nunca que el problema no está en el compañero de partido o en el partido de al lado, a pesar de todas las diferencias que hay entre un partido y el otro. El problema de verdad está en el Gobierno de Pedro Sánchez, en la izquierda que está desmontando España. Por lo tanto, tendremos que navegar siendo compatibles y siendo tolerantes con el que tenemos al lado, aunque no sea alguien que piense exactamente igual que nosotros, el partido del otro o el medio de comunicación que no es exactamente el que más nos gusta, o el periodista o el influyente twittero. Tenemos que ser un poquito más grandes entre nosotros y marcar un objetivo común que es desmontar todo lo que ha pasado en estos últimos años desde la izquierda y poner a España en la senda del crecimiento de cara al futuro.
La última pregunta: ha explicado que, en septiembre, lanzará su propio think tank y que empezará a incorporar gente, que busca talento y personas con experiencia y ganas de verdad de cambiar este país, pero este país también está reclamando, y hoy lo vemos aquí en Barcelona con gente que normalmente no asiste a esta serie de actos, está reclamando un cambio y está reclamando líderes. Entonces ¿se está significando como un líder, incluso para la gente en Cataluña? ¿Esto quiere decir que se va a despertar en usted algún tipo de iniciativa y movimiento hacia el liderazgo de un nuevo partido?
Creo que quiere decir que hay mucha hambre de cambio, que hay mucho deseo de reformar muchas cosas, de volver a poner a España a la senda del crecimiento en general. Hay deseo de entusiasmar, de generar optimismo y de presentar una plataforma que genere ilusión por el futuro y eso es quizá lo que lo que no tenemos hoy en día.
En definitiva, Iván Espinosa de los Monteros triunfó en Barcelona y sigue dejando en el aire la posibilidad de encabezar un nuevo proyecto político para España. Se sigue dejando querer.
