Según algunas tesis, las colectivizaciones no significaron nada. Tampoco podían tener un desarrollo futuro, pues la base de las mismas era la destrucción del estado capitalista. En pocas palabras, las colectivizaciones fueron más una necesidad económica de la guerra que un plan de futuro. El anarcosindicalismo y el POUM, por incapacidad teórica los primeros y por debilidad numérica, verbalismo y falta de audacia, los segundos, nunca plantearon la cuestión del poder, que abandonaron en manos de los políticos profesionales de la burguesía republicana y de los socialistas.
Ramón Tamames, en su historia de la guerra explica las experiencias anarquistas en Cataluña que “cada empresa, y con frecuencia cada centro de trabajo en una misma empresa, quedó bajo el control de un comité obrero, casi siempre sin coordinación racional con el resto del sistema productivo y de crédito. De ese modo, lejos de orientarse la producción hacia la guerra, se dirigió en muchas ocasiones hacia actividades rentables. Por otra parte, la contracción de las escalas de salarios por el igualitarismo libertario condujo a una fuerte caída de la productividad, y la eliminación del director de la empresa generaba una abrumadora burocracia”. Así pues, el decreto nunca se aplicó enérgicamente. En numerosas ocasiones se incumplió y no se llegó a crear el Banco de Crédito Industrial y Comercial previsto para financiar a las empresas colectivizadas.

¿Cómo funcionaron las colectivizaciones en Granollers? A continuación, detallaremos que industrias y comercios fueron colectivizados, la propiedad de las personas, y los diferentes sectores. En el fondo, como hemos dicho, todo quedó como antes de la guerra.
Cafés y bares. De septiembre de 1936 a 1939 quedaron encuadrados dentro de “Industria Gastronómica Socializada”. La formaban José Malpas Grau, Manuel Coll Milá, Francisco Perellada Riera, José Anfruns Viñas, Viuda Tomás Bachs, José Pagés Molera, Pedro Diumaró Esparrach, Casino de Granollers, Teresa Agell Puig, Francisco Fainé Guites, Esteban Franch Valls, María Gay Clasas, Tamón Planas Gispert, José Sánchez Rey, Luis Tirvió Tomás, Jaime Pages Riera, Agustín Figuerola, José Tardá Mora, Esteban Juliá Mumbrú, Dionisio Avedillo Cerrato, Isidro Pujadas Jané, Isidro Fatjó Aymá, Francisco Ventura Ventura, y Justo Manuel Fernández.
Cerealistas. Se organizó en noviembre de 1936 y, al cabo de un año, dejó de actuar como colectividad, continuando agrupados en forma de Cooperativa hasta el final de la guerra. Funcionaba con el nombre de “Cooperativa distribuidora Comarcal de Cereales”. La formaban Jaime Illa Colomer, José Lamarca Catarineu, Viuda Martín Montané, Francisco Salgot Sors, Juan Tió Serra, Viuda de A, Guitet, Francisco Margarit Carrencá, Gabriel Gassó Pujó, Pedro Gassó Pujó, Andrés Pla Serret, Juan Bouda Santaló, Francisco Olivé, Cándido Vilanova, Pedro Bufí, Juan Juanola, Francisco Bofill, y José Colomer.

Almacenes de cementos y materiales de construcción. Se organizó la colectividad en agosto de 1936 y funcionó hasta 1939. Estuvo agregada al ramo de la construcción en general. La formaban Isidro Pagés, Manuel Clot Bellavista, Juan Mauri Bertrant, y Francisco Pi Baqués.
Confiterías. Se organizó el 1 de abril de 1937 y duró hasta noviembre de 1937. La formaban Joaquín Brustenga Oller, Mercedes Cunillera Farnés, Luis Tirvió Tomás, Lorenzo Civil Cunill, y Teresa Montané Grivé.
Ebanistas. Se constituyó con el nombre de “Industria de Muebles” y la formaban Aniceto Beya de las Lastras, Miguel Diumaró Ginesta, Pablo Ferrer Salofre, Francisco Pous Pujolá, Gerónimo Sors Tors, y Alfonso Blanchart Ramentol.
Imprentas. Se colectivizó con el nombre de “Artes Gráficas” y la formaban Carmen Alsina, Fernando Carrera Cortiada, Miguel Joseph, Teresa Alsina, Amador Garrell, Juan Carbó Canameras.
Tiendas de comestibles. Se colectivizó con el nombre de “Almacenes de Distribución”. Se agruparon todos los industriales de este ramo, estableciéndose tiendas distribuidoras, expropiando a los interesados las existencias y enseres propios de su comercio. Se constituyó en octubre de 1936 y funcionó hasta 1939. La formaban Antonio March Brau, José Arnan Bosch, Luis Ganduxé Plana, Viuda de Agustín Aymerich, Juan Simón Clot, Francisco Bassas Palaus, Maria Puig Aregay, Natalia Febas Sobrevía, José Garriga Argemí, Pedro Puigjané Mateo, Jaime Pujadas Pujadas, Rosalía Solá González, Juan Just Milá, Juan Brugés March, Jaime Brull Mateo, Ángela Soley Tremoleras, Isidro Girbau Tintó, Salvador Villá Ganduxé, Antonio Masat Salanova, Felisa Huertas Tarradas, Luisa Ledo Pujades.

A este colectivo agregaron los industriales tocineros Juan Tió Molins, José Ambrós Ballús, Esteban Castellá Arenas, Enrique Ganduxé Planas, Nuria Teixidó Roca, Francisco Camps Vernet, Domingo Limargas Moncau, Miguel Llobet Plana, Juan Oliveras Saborit, Federico Ferramon Ramón, Angelina Puig Paitubí, Joaquín Icart Vila, Pedro Cladellas Many, Domingo Pujadas Roig, Jaime Senarols Arades, Ramón Surroca Nonfill, Pedro Ortalá Xelabarder, Jaime Vilaseca Xipell, y Francisco Villá Bellavista.
Abastecedores carne. Esta colectivización la formaron Oliva Galofré, José Mogas Sala, Jaime Marimón Garriga, José Comas Mas, Antonia Cors Pugdoménech, José Just Milá, Francisco Villa Mogas, José Viaplana Llobet, Saturnino Ventura Ventura, Pedro Ortafá Xalabarder, y Ginés Terns.
Lecherías. Se llamaron “Lecherías Colectivizadas CNT – AIT”, constituyéndose en noviembre de 1936 y finalizando en 1939. Se instalaron tiendas distribuidoras en los domicilios de Baudilio Mas Gol, José Bas Sala, Juan Durán Garriga, Francisco Torruella Matas, Juan Clavera Ventura, José Vilarrassa Planas, Tomás Mateo Blanchart, Jaime Saderra Estrada. Los productores de leche eran Juan Danti Pujadas, Francisco Mañé Juvé, Jaime Camps Anglada, Gerónimo Girbau Maspons, Jaime Greu Capella, Belisario Izquierdo, Ramón Padrós Camps, Ramón Rosas Agell, Miguel Bages Serret, Jaime Bassa Buros, José Jané Borrell, Juan Serra Guardia, Miguel Campin Campins, Juan Puig Xifré, Miguel Torné Subirá, Esteban Tuste Agell, Pedro Brossa Bassa, Juan Cullell Salvó, Florencio Roura Llobet, Narciso Grau Casals, Carmen Morató Riera, José Afán de Rivera, Francisco Miné Rosell, Miguel Castellá Pascual, Leocadia Coma Miguel, Antonia Prims Sampera.
Hojalateros y Lampistas. Agrupados con el nombre de “Colectividad de Lampistas y Electricistas”, se creó en octubre de 1936 y duró hasta 1939. La integraban Jaime Riera Riera, José Farrés Alsuara, Pedro Font de Falgás, Tomás Llobet Cors, Francisco Vila Pujol, Jaime Vallbona Carreras, Pedro Villá, José Vives Pujadas, Juan Riera Sanjaime, Luis Palá Anglada.

Al constituirse esta colectivización se requirió herramientas y material en varios talleres que no quisieron integrarse en esta colectivización. Dichos talleres eran los de Jaime Casademunt Armengol, José Soler Barbany, Jaime Bellavista Carreras, Antonio Vila Pujol, Vicente Vacca Oliva, y José Botey Pallares.
Sastrerías. Con el nombre de “Sastrerías Socializadas” se creó en diciembre de 1936, disolviéndose al cabo de un año. La formaban Agustín Buixadera, José Castany, Eduardo Castellá, Ricardo Causa Bech, José Estraigas, Luis Escarmis Pons, Pedro Farras Viñas, Mariano Hortet Pérez, José Massó Puidueta, Antonio Porta Masové, y Juan Sitjes Freixas.
Fabricantes de Jabones y Lejías. Se constituyó la colectividad el 17 de septiembre de 1936 hasta el final de la guerra. La formaban Juan Comas Roura, Isidoro Roig Pla, Delfín Sirvent Serret, Jaime Mora & Camp SL.
Panaderías. Se creó en octubre de 1936 hasta el final de la guerra. Todas las maquinas amasadoras y demás útiles se concentraron en un local llamado “La Planificadora CNT – AIT”. La maquinaria era propiedad de los industriales, los cuales habían sido violentamente despojados de las mismas. Estos eran Enrique Brusques Bru, José Casals Tapias, Ramón Costa Vila Clara, Josefa Corominas Ribera, Miguel Godayol Codina, José Estapé Roura, José Martínez Chico, Arturo Rivera Casanellas, Felio Rodellas Canadell, Manuel Pagés Ramis, Joaquín Raga Castell, José Vidal Ubernia, Francisco Bellavista Sastre, Francisco Borrell Comas, Pedro Brecha Cortada, Francisco Gibert Junyent, Antonio Mayoral Castellá, Francisco Oliver Estrada, Salvador Ramón Marqués, Ramón Sañé Ausió, Mariano Serra Montané, Luis Felip Rabaseda y Pedro Montpeyó.
Pintores. Se llamó “Colectividad de Pintores” y funcionó desde octubre de 1936 hasta finales de 1938. La formaban Esteban Vivet Capella, Esteban Elías Aymerich, Pedro Genevat Mora, Marcos Inglés Valls, Modesto Mas Padrisa, Sebastián Morató Maynou, Salvador Pregona Montpart, Miguel Soto Buscarons, Juan Puig, Rafael Padrós, Antonio Villa, Pedro Alafau y Alejandro Mitjavila.
Barberos. Se fundó en diciembre de 1936 y funcionó hasta 1939, con el nombre de “Barberías Colectivizadas”. La formaban Placido Sitjes, Miguel Agudo, Jaime Pla, Vicente Vergés Ventura, Pedro Viñolas Negre, Joaquín Condom Puig, Emilio Cot Masachs, José Dalmau, Ramón Gual, José Palau Palau, Antonio Tuset Santacreu, Pedro Capella Laplana, Jacinto Antigas Altimiras, Esteban Oliveras Samón, Juan Dalmau Pratcorona, Luis Castellá Montal, Jaime Molins Samón, José Nieto Sáchez, Valentín Prat Cuyás, Bienvenido Alonso, Carmen Castaño Pérez, Juan Prat Ametlla, Alfonso Pujadas, José Buxó, José riera, Viuda Gorchs, Fortunato Costa, e Isidro Casals.
Peluquerías señoras. Funcionó cono “Peluquerías Colectivizadas” desde diciembre de 1936 a 1939. La formaban Francisco Tapias Angelet, José Sebastián Auqué, Francisca Ballescá Baulenas, Juan Estrada Vallcorba, Josefa Casals Debuen, Eudaldo Melé Prat, Jaime Vallbona, José Cot Masachs, Rosa Ventura Tapias, Domingo Sánchez Rodríguez, Alberto Sánchez Pauma, Plácido Sitjes Soler, y Jaime Greu Pla.
Cesteros. Se juntaron con el nombre de “Cesteros Colectivizados”. Lo formaban Emilio Codina Catalá, Juan Flaqué Moret y José Garriga.
Carpinteros. Con el nombre de Colectividad de Carpinteros de CNT – AIT funciono desde agosto de 1936 al final de la guerra. Lo formaban Ramón Sirvent Taulate, Luis Mayol Ribalta, José Molins Jané, Agustín Margarit Lladó, Tomás Benezet Oliveras, Ramón Font Vallhonesta, José Garriga Pineda, José Jonch Ramón, Hijos de Jaime Corderas, Francisco Castellsagué Calzada, Baudilio Rosquellas Ambrós, Juan Font Serra, José Pous Casals.

Zapateros. Se juntaron en la “Colectividad del Ramo del Calzado CNT – AIT” desde el principio al final de la guerra. Lo formaban Vicente Boix Vert, Magín Torrents Costa, Dionisio Riera Casanovas, Sebastián Masjuan Monrás, Ramón Xicota, Ramón Casas Rovira, Juan Castelló Parramón, José Canal Cortés, José Casanovas Prat, Esteban Riera Pedragosa.
Carbonerías. Se colectivizaron en octubre de 1936 y se disolvió en octubre de 1937. Lo formaban Francisco Dalmau, José Flaqué, Federico Gera, Pedro Jubany Clapés, Ramón Pratginestos Mateu, José Serra Pujol, Jaime Ter Ventura, Francisco Valls Corderas, Francisco Llobet Cladellas, Juan Cuch Gol, Antonio Gera Casa, Francisco Vallverdú Robuster, José Flaqué Torrents, y José Valls Riera.
Ramo de Albañilería. Con el nombre de “Colectividad de Albañiles y Peones” se creó en septiembre de 1936 hasta el final de la guerra. Lo formaban Rafael Canudas, Juan Taulats, Alfredo Baró Grau, Antonio Ambrós Sallent, Juan Bruguera Vivet, José Estapé Fábregas, Pedro Capeta Padrós, Jaime Baró Roura, Francisco Ramoneda Escolá, Ramón Dedeu Gatuella, Juan Llistuella Figueras, José Pagés Planell, Francisco Ribas Torras, Juan Vallmitjana Mora, Juan Segalés, Francisco Bachs, Antonio Pericas Roquetas, y Enrique Pagés.
Ramo Metalúrgico. Lo formaban Eustaquio Margall, Esteban Trullás Pons, José Boix Vert, Silverio Botey, José Canudas, Enrique Garrell Alsina.
Compañías de Electricidad. Bajo el nombre de “Luz y Fuerzas” lo formaban Estebanell y Pahisa SA y energía Eléctrica de Cataluña.
Ramo Textil. Fueron colectivizadas Pío Anfres Martí, Francisco Serratusell Carrera, Roca Umbert SA, Francisco Serratusell Farrell, Luis Diumaró Esparrach, Valentín Bros Juncadella, Agustín Codina Puig, Joaquín Cortés Valls, Francisco Guitart Guitart, Francisco Balet, Viuda de Juan Torras, Joaquín Bellet, Salvador Corderas Sagalés, José Serra Forné, Martínez Gil S. en C. Barella, Martí y Mercadal SL, Francisco Soler Pallarols, Mirambell SA, y Miguel Crusellas Talón.
Como observarán, varios de los negocios y sus descendientes aún siguen luchando a diario por mantener sus profesiones y empresas, aunque ciertamente hayan desaparecido prácticamente en su gran mayoría.
En cualquier caso, es una pequeña parte de la historia de Granollers que solemos desconocer y vale la pena recordar.
