Viene al caso lo que está ocurriendo a los vecinos de los cinco bloques de la calle Roger de Flor de los edificios popularmente conocidos “de la Caixa”, pues allí tenía una importante oficina esa entidad bancaria. Desde que la Caixa fue cerrando oficinas y esos espacios han sido ocupados por negocios menos mediáticos, ese vecindario en concreto a empezado a tener ocupaciones de vía pública continuas.
Recordemos que tal fenómeno se produce en medio del denominado Barri dels Instituts donde cada día estudian miles de alumnos de primer ciclo (2 Escuelas públicas) y de Formación Profesional o 2º ciclo (otros dos institutos). Asimismo, en dicho edificio, en la parte trasera frontal al passeig fluvial recientemente remodelado, están situadas las instalaciones del Centre d'Atenció i Seguiment a les Drogodependències (CASD) Granollers | Fundació Hospitalàries, popularmente conocido por el “centro de metadona” y que lleva conviviendo con el vecindario desde hace más de 25 años de forma natural y sin incidencias.
En cualquier caso, el fenómeno “sin techo” de ese edificio se remonta a hace unos pocos años, cuando una pareja de indigentes se peleaban por ocupar ese espacio y “alquilaban” dormitorios al aire libre. Incluso “alquilaron” la caseta del jardinero del parque de dicho conjunto residencial. El Ayuntamiento de Granollers, al que se cedió el parque por parte de la propiedad hace unos 30 años, actuó este verano echando abajo la caseta y “liberando” el problema.

Al margen del daño a la imagen y del problema de inseguridad, salubridad, etc. que genera la situación de los “sin techo” bajo sus viviendas y en medio de un parque infantil, y conociendo el hecho social, los vecinos de la zona manifiestan su malestar porque, incluso, esos ocupantes han pintado “No racismo” en alguna de esas columnas cuando jamás ha existido tal problema, en un intento de desviar el hecho real revistiéndole de problema xenófobo. Mientras han habitado uno o dos “sin techo” la cuestión estaba más o menos consentida y controlada, pero ahora mismo, piensan los vecinos que el tema se ha descontrolado y empieza a ser necesario frenarlo.
El vecindario está en contacto con el Ayuntamiento, así como con equipos jurídicos, para conocer las probables soluciones. Porque en la actualidad este tipo de situaciones es muy común en nuestro país y existe cierta predisposición jurídica a la cobertura de los que ocupan espacio público o, como es el caso de estos porches de edificio, privado de uso público.
