Con estos antecedentes, podíamos esperar de todo porque, además, en la presente Liga Guerreras las gallegas iban por delante del Granollers en la clasificación con cuatro puntos de ventaja (dos victorias más) que las nuestras. El partido del martes era, pues, fundamental para saber si las de Granollers querían aspirar a los primeros puestos ligueros que les clasifique para la Copa y les de ventaja en los cruces por el campeonato, o se conformaban con estar entre las ocho primeras luchando hasta el último día, a pesar de tener una plantilla de las mejores de la competición, teóricamente, según comentan los entendidos.
Estaba claro que las jugadoras del equipo gallego no viajaban a Granollers a tomar el sol, precisamente. No en vano, se trajeron consigo la lluvia y las ganas de mandar en el partido. Y a fe que lo consiguieron. Con un arranque demoledor enseñaron sus cartas: defensa presionante que cortaba las líneas de tiro catalanas, un buen contrataque y escasas pérdidas de balón ofensivo les dieron alas a estas jugadoras para marcar diferencias.
Tanto pillaron a contrapié a las granollerenses que éstas nunca pudieron darle la vuelta al marcador en los primeros treinta minutos de juego. Lo más cerca que el Granollers estuvo es a un menos uno con el 3-4 y 6-7, tras sendas reacciones de orgullo y amor propio vallesanos. A partir de allí, pues a seguir fallando, seleccionando mal el tiro, defendiendo peor y concediendo ventaja a un equipo gallego que se fue al descanso con la máxima diferencia en el marcador hasta entonces: 7-11. Pocos goles, pero muy valiosos para las visitantes.
En la segunda parte: la hecatombe. El KH7 no dio una a derechas mientras que las gallegas del Porriño parecían la selección noruega jugando un balonmano rápido, contundente en defensa y eficaz en ataque que las llevaron hasta los ¡11 goles! de ventaja con 12-23 y 13-24. En ese momento, el entrenador visitante se compadeció de un histórico como el Granollers y sacó a sus segundas unidades de banquillo, quienes no habían jugado ni un minuto de los anteriores, para que el partido se “nivelara” un poco y aunque acabara con un contundente 21-27.
Muchas son las preguntas que, a estas alturas, nos hacemos tras ver el fiasco del partido después de un mes de estar solo entrenando y sin sobrecarga de partidos ni de estrés. Pero, sobre todo, la pregunta principal es qué le ocurre a la mejor jugadora del mundial junior y una de las estrellas de la reciente liga -Belén Rodríguez- que jugó escasos minutos y se la vio falta de forma y de ritmo. ¿Está lesionada y no lo sabemos? La otra gran pregunta es la causa de la mala puntería de la primera línea catalana: 21 goles de 48 intentos. Sólo un 43% de acierto es algo más que una mala tarde: es un problema congénito que debe ser corregido urgentemente.
Tras los resultados de esta noche, el KH7 se mantiene en la octava posición de la tabla (la última que le otorga posibilidades de playoff) a 1 y 2 puntos de sus perseguidoras Elda y Elche y a esos mismos puntos de jugar por mantener la categoría. Es obvio que falta mucho (14 partidos más) pero o se espabilan las de Robert Cuesta o si entran en dinámica negativa van a padecer más de lo que debieran y, probablemente, se merezcan. Y como a perro flaco todo son pulgas, este sábado a las 20 horas nos toca jugar en Elche contra una de nuestras rivales directas. Glups.