El evento coincide con una fecha simbólica: el 40º aniversario del Col·legi, fundado el 8 de noviembre de 1985, y que hoy agrupa a cerca de 4.000 profesionales. Este congreso se presenta como un espacio de reflexión y compromiso, un punto de encuentro para debatir el futuro del periodismo en una era donde las redes, los algoritmos y la inteligencia artificial están redefiniendo la forma de informar.
Una profesión que se reivindica
El lema elegido —“Los periodistas somos más necesarios que nunca”— no es solo una declaración de principios, sino también una respuesta a la crisis estructural que vive el sector. Precariedad laboral, manipulación informativa, pérdida de independencia editorial y saturación de mensajes digitales son los grandes retos de una profesión que, pese a todo, sigue siendo un pilar de la democracia.
“Cuando la ciudadanía no puede distinguir entre información y propaganda, la democracia está en peligro. Por eso, los periodistas somos más necesarios que nunca”,
Ha afirmado Joan Maria Morros, decano del Col·legi de Periodistes, durante la presentación del congreso. Morros insistió en que “el periodismo necesita recuperar autoestima y credibilidad”, y que este congreso “es una oportunidad para repensar cómo hacer periodismo con ética en la era digital”.
Ejes del debate: ética, IA y sostenibilidad
Durante las dos jornadas, más de 500 profesionales debatirán sobre los principales retos de la profesión. Entre los temas destacados se encuentran:
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La revisión del Código Deontológico de los periodistas catalanes, que incorpora nuevos anexos sobre diversidad, emergencia climática e inteligencia artificial.
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La precariedad laboral y la situación de los profesionales freelance.
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La transformación digital y el impacto de los algoritmos en la distribución de la información.
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El papel del periodismo frente a la desinformación, los discursos de odio y la crisis climática.
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La sostenibilidad económica de los medios de comunicación y los modelos de negocio en crisis.
También habrá un espacio dedicado al periodismo local y de proximidad, esencial para mantener la cohesión democrática y la confianza ciudadana, pero a menudo invisibilizado por las grandes plataformas globales.
El valor de la verdad en la era del ruido
Cuarenta años después del nacimiento del Col·legi, el periodismo atraviesa un momento de reinvención. Las noticias circulan a velocidades inéditas, los algoritmos deciden qué ve el público, y la frontera entre información y opinión se diluye cada día más.
Frente a ello, el lema del congreso actúa como una llamada a la resistencia ética. “Los periodistas somos más necesarios que nunca” no solo apela a los profesionales, sino a toda la sociedad: sin periodismo, no hay verdad compartida; y sin verdad, no hay democracia.
Un congreso para pensar y actuar
El VII Congreso no pretende ser solo un foro académico, sino un espacio de acción y compromiso. Se espera que las conclusiones sirvan para impulsar políticas públicas que garanticen la viabilidad de los medios y protejan la independencia de los profesionales.
Además, el encuentro servirá para aprobar la nueva versión del Código Deontológico y rendir homenaje a las generaciones que, desde 1985, han mantenido vivo el oficio de informar.
Una profesión bajo presión
El contexto no es halagüeño: las redacciones se reducen, la publicidad se concentra en manos de las grandes plataformas y los periodistas afrontan un escenario de inestabilidad laboral.
Pero también surgen oportunidades: nuevas formas de conexión con el público, proyectos independientes, innovación tecnológica y un renovado interés social por el periodismo de investigación.
Como recordó la periodista Milagros Pérez Oliva durante su intervención previa al congreso:
“No basta con decir que somos necesarios. Hay que demostrarlo cada día con rigor, contexto y compromiso con la verdad.”
En definitiva, el VII Congreso de Periodistas de Cataluña se erige como una reafirmación colectiva del oficio, un espacio donde la profesión se mira al espejo y se compromete con su esencia. Bajo el lema “Los periodistas somos más necesarios que nunca”, se lanza un mensaje tan simple como poderoso: sin periodismo libre, no hay democracia posible.