Acaba derrotado en Ciudad Real (26-24), dando sensación de equipo extasiado, y baja a la 5ª plaza de la Liga Asobal

El BM Granollers NO estará en la Copa de España

Tras los resultados de ayer sábado en la Liga Asobal donde el Barcelona derrotó ampliamente -como se esperaba- al BM Logroño pero, sobre todo, después de las victorias de Valladolid y Bidasoa, al Balonmano Granollers sólo le quedaban dos soluciones: o ganar y conseguir los dos puntos en la especial pista de un recién ascendido aunque todo un histórico del balonmano español con ganas de generar gestas: el Ciudad Real, o empatar como mal menor, si quería clasificarse entre los cuatro primeros equipos de la competición y disputar la Copa de España en febrero no se sabe dónde. El Balonmano tiene estas cosas, en caso de perder te quedas quinto en la tabla pero, ¡oh si ganas! subes al segundo lugar, es decir, consigues ser el campeón de invierno de la Liga de los mortales.

BM Granollers 25-26
photo_camera BM Granollers 25-26

El partido empezó frío, como ese frío que acostumbra a aparecer en La Mancha: húmedo y contundente. Como viene siendo habitual en los últimos encuentros, el Granollers fue a remolque desde el inicio. Por lo visto, a los hombres de Rama eso de ponerse por delante y alcanzar diferencias en el marcador a su favor no les va nada de nada. De hecho, los queseros alcanzaron los tres goles de diferencia a los 4,30 minutos ante los errores y pérdidas continuas de balón de los vallesanos (tres en tan corto espacio de tiempo) y la permisibilidad defensiva. Rama pide tiempo muerto y el partido se nivela a 4 goles a los 10 minutos cuando Panitti consigue parar algo y el ataque encuentra al pívot.

Pero fue un espejismo. El Granollers hacía la goma continuamente dando muestras de inseguridad: de ceder tres abajo (9-6) a ajustarse con un 10-9 a los 22 minutos. A partir de entonces, el cansancio, los cambios y el ímpetu de los manchegos convirtió a los catalanes en un azucarillo que se deshizo y permitió al Ciudad Real alcanzar hasta cuatro tantos de ventaja, cerrando esta primera parte con un 16-13 muy clarificador: el BM Granollers marcaba poco pero defendía menos aún. Para muestra un botón: entre los dos cañoneros zurdos sólo un gol en treinta minutos (Pablo 1, Marcos 0).

Tras el descanso, los manchegos continuaron con su paseo particular. Gol tras gol hasta alcanzar los 5 de ventaja (21-16 a los 8 minutos). Pero, esta vez sí, los catalanes cambiaron el chip pues Antonio Rama les debió explicar que el partido se acabada y o se estabilizaba el marcador o no hacía falta seguir jugando. Y se espabilaron, y consiguieron un parcial de 0-5 empatando a 21 en el minuto 17. Partido nuevo pensábamos todos: los de Granollers, los de Ciudad Real y hasta los marcianos. Pero nos equivocamos.

Sergio Franco fué el máximo anotar con 6 goles - foto a.mproducciones
Sergio Franco fue el máximo goleador vallesano con 6 goles - foto a.mproducciones

Se mantuvo la igualdad hasta el empate a 24 faltando 2,21 minutos. A partir de entonces, pareció que el equipo de élite que juega en Europa era el Ciudad Real y el cuadro vallesano el bisoño. 26-24 final a favor de los manchegos y los catalanes para casa con el rabo entre las piernas y con el doble sabor amargo por la derrota y por la despedida de una Copa de España en la que no estaremos porque no nos la merecemos, salvo que se nos ocurra organizarla, que en ese caso dispondríamos de la plaza extra de organizador.

No se les puede dar demasiados consejos a los chavales de Rama, salvo uno. Que descansen mucho estas navidades y en la vuelta a la competición, allá por febrero gracias al europeo masculino, recuperen efectivos, vuelva el deseado Ferrán Castillo y, sobre todo, vuelva la alegría por jugar en el Balonmano Granollers, se gane o se pierda. Porque el tristón equipo que hoy ha perdido en Ciudad Real, aunque sea el mismo, no se parece nada al que venció al Bidasoa brillante y alegremente hace una semana. ¡Felices Fiestas, caballeros!

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