Porque nadie hubiera dicho que, tras finalizar el primer tiempo con victoria parcial de los de Antonio Rama por 16-13, iban a pasar problemas ante un conjunto eslovaco al que se le venció, y muy bien, en su pista hace sólo siete días (29-34). Sin embargo, en una segunda parte digna de olvido y de las peores que hemos visto en mucho tiempo, los locales abandonaron posibilidades de un resultado mejor llegando a perder por un parcial de ¡¡ 11-22 !!, en sólo 30 minutos, nada menos. Lo que se viene denominando un rapapolvo en toda regla.
Cansancio, desasosiego, pérdida de agilidad mental y física y bajada de brazos ante la propia desesperación dieron al traste con el buen trabajo realizado en Eslovaquia y ponen mucho más que en peligro el pase de los catalanes a la siguiente ronda, o Main Round. Lo elevan a la categoría del “casi imposible”.
De hecho, en este momento el Granollers ya no depende de sí mismo si no de los resultados del propio Slovan y del “juez” danés que sigue imbatido y con paso firme por este grupo, el Skandeborg, con cuatro victorias tras cuatro partidos. Los de Rama deben visitar a los daneses a domicilio el próximo martes 25 y, si hubiera milagro, soñar con que estos ganen a Slovan en Eslovaquia y el Granollers a Baia Mare rumano en el Palau el 2 de diciembre. O, como alternativa, si los de Rama perdieran en Dinamarca, que también lo hiciera el Slovan ante el Baia Mare y el propio Skandeborg en la última jornada, siempre y cuando los catalanes no perdieran en casa con los rumanos, claro.
En definitiva, un lío de consideración que abre la puerta a unos eslovacos que se veían fuera hace siete días y que ahora son la gran cenicienta agradecida del grupo C de la European League de balonmano.