Aquí va una crónica con tono ligero, irónico y simpático sobre lo que pasó ayer en el Musée du Louvre de París

Louvre: “El robobo de las joyoyas” a la francesa

Era una mañana más en el Louvre, los turistas hacían cola con croissant en mano, móviles listos para la foto de la Mona Lisa, y todos tranquilos pensando que “estos sitios son a prueba de ladrones”. Por lo visto, no tanto como creíamos. Al parecer alguno de ellos se inspiró en la comedia española protagonizada por “Martes y 13”, de hace ya bastantes años, y convirtió la broma en “el robo del siglo”, versión real, aunque con bastante sorna. Si no, fíjense por dónde subieron los ladrones y ante quienes. Es la foto que adorna nuestra portada: ver para creer. Con una grúa con escalera elevadora ante las narices de todo el mundo.

La escalera utilizada para el robo del siglo en el Louvre
photo_camera La escalera utilizada para el robo del siglo en el Louvre

A las 9:30 h de la mañana (o casi), un grupo de cuatro señores (o señoras) decidieron que las vitrinas con joyas valiosísimas eran la mejor manera de saludar al nuevo día. Entraron vestidos como si fueran operarios de obra -chaleco amarillo, claramente “trabajando”-, usaron una cesta elevadora de mobiliario, entraron por una ventana del ala del Sena, arrancaron dos vitrinas de joyas históricas de la galería llamada Galerie d’Apollon y se fueron en… ¿moto? Sí, en motos, pero barata. En scooter. Todo en +- 4/7 minutos.

Las joyas robadas no eran bisutería para el día a día. Hablamos de tiaras, collares, pendientes que pertenecieron a la Empress Eugénie, a la Marie‑Louise (esposa de Napoleón) y otras glorias imperiales. Hasta dejaron caer una corona (la del Empress Eugénie) al huir -rota- como para decir “ups, se nos cayó algo”.

Lo mejor: mientras los visitantes estaban contemplando esculturas y cuadros, estos tipos estaban ojeando relojes de seguridad, elevadores, vitrinas… y pensando “hoy toca”. Y nada de forcejeo, nada de caos: entraron, seleccionaron, salieron. Incluso les dieron tiempo para escapar. Según las autoridades, “un equipo que claramente había hecho reconocimiento del lugar”. Y, como diría un castizo: “nos ha jodido mayo con las flores….”

Imagina la escena: los guardias aun sin haberse tomado su café, los turistas confundidos, el altavoz diciendo “cerramos por motivos excepcionales” y afuera scooters baratas encendiéndose en plena mañana parisina. El Louvre se quedó cerrado el resto del día. Obviamente no estaban para tonterías mientras esperaban al inspector Closeau.

En fin, mientras muchos de nosotros perdemos el móvil en un taxi o nos roban un bolso en un descuido, alguien revivió la versión “golpe de cine” de los ladrones en París: chaleco de obra, cesta elevadora, motos, joyas reales. Irónico, ¿no? Por supuesto, para finalizar, los políticos han prometido “recuperar todo lo robado”. Faltaría menos, para eso son políticos, para prometer y no cumplir.

Diadema del conjunto de la reina María Amélie y la reina Hortensia
Diadema del conjunto de la reina María Amélie y la reina Hortensia

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