Lo que empezó siendo una forma de colaboración y participación en la inquietud por mejorar su pueblo, el pueblo de su familia, hizo que en las municipales del 2019 encabezara las listas de ERC y quedara segundo, a un solo regidor del todo poderoso IUSF, pudiendo formar gobierno con la incorporación del concejal de Podemos y, también, la concejal del PSC a la que quería su partido obligar a votar en contra.
En cualquier caso, Carles Miquel salió elegido como alcalde, cargo que mantuvo durante dos años hasta que una moción de censura encabezada por el joven concejal comunista de Podemos (que curioso no), lo quitó del cargo en marzo del 2021. Desde entonces ha seguido como jefe visible de la oposición manteniendo su tarannà y sentido común. Hoy, en el pleno que se ha celebrado en Sant Fost, ha anunciado que deja su concejalía y que vuelve a ser un “ciudadano raso preocupado por su pueblo”. Le relevará, en el próximo pleno, el número tres de la lista, Nil Planes.
Sin duda que su familia le agradecerá el gesto y que pueda dedicarse más a ellos. En cualquier caso, Sant Fost notará en falta un personaje como él: preparado, conciliador y con buen talante. Suerte en la vida civil, amigo Carles.