La respuesta no es simple. AC y Vox comparten ciertos vectores, pero sus raíces, su relato y su sociología divergen más de lo que parece. El resultado: dos fenómenos paralelos que crecen por razones distintas y que se alimentan del mismo malestar de fondo, pero que raramente pescaban en los mismos caladeros… hasta ahora.
1. Identidad: nacionalismo catalán duro vs nacionalismo español duro
La primera diferencia es identitaria, pero es también la más determinante.
Aliança Catalana
- Catalanismo esencialista, de raíz localista-pirenaica.
- Un independentismo emocional, reactivo y anti-Barcelona tanto como anti-Madrid.
- Defensa étnico-cultural explícita: “Catalunya pels catalans”, “defensar el poble”.
Vox
- Nacionalismo español centralista.
- Defensa de la “unidad nacional” y lucha frontal contra el independentismo.
- Propone recentralización y reversión de competencias.
Sus cosmovisiones son incompatibles. Votan mundos mentales distintos. Pero ambos conectan con votantes que quieren orden, identidad fuerte y ruptura con el statu quo.
2. El enemigo político: ¿quién encarna el mal?
AC
Sitúa sus adversarios en:
- la inmigración irregular,
- el islamismo,
- el “abandono institucional”,
- y los partidos del Procés que “renunciaron”.
Es un relato interno: la culpa es de “los nuestros”, no de España.
Vox
Su enemigo es otro:
- el “gobierno socialcomunista”,
- independentistas,
- inmigración irregular,
- Bruselas,
- élites globalistas.
Aquí el adversario es ideológico, no territorial.
3. Psicología del votante: qué miedos y deseos activan
Votante de AC
Perfil emocional:
- Miedo a la pérdida de identidad local.
- Miedo al multiculturalismo.
- Sensación de desprotección en comarcas y pueblos medianos.
- Enfado con ERC y Junts.
- Deseo de un catalanismo “auténtico”, sin pactos.
Es un votante identitario + resentido con la política catalana.
Votante de Vox
Perfil emocional:
- Resentimiento con la inmigración y la inseguridad.
- Rechazo al multiculturalismo.
- Desconfianza hacia las élites políticas y mediáticas.
- Cansancio de tensiones territoriales.
Es un votante identitario español + anti-élite + anti-independentismo.
4. Sociología del voto: dónde crecen y dónde nunca entrarán
Aliança Catalana
El CEO muestra su fuerza en:
- Ripollès, Osona, Berguedà, Alt Urgell, Pallars, Solsonès,
- Ciudades medianas catalanistas (Vic, Manlleu, Olot, Berga).
- Zonas rurales y semiurbanas.
Escasa presencia en:
- área metropolitana de Barcelona (primer y segundo cinturón)
- cinturón rojo y zonas altamente castellanohablantes.
Vox
Su fuerza está en:
- Baix Llobregat, Barcelonès, Vallès Occidental y algo menos en Vallès Oriental y Maresme,
- zonas de migración españolista de los 60-70,
- el votante obrero desencantado del PSC.
Muy débil en:
- Cataluña interior (fundamentalmente en las comarcas de Lérida y Gerona)
- comarcas catalanistas.
Conclusión sociológica: AC y Vox son vasos comunicantes casi estancos. No compiten directamente por el mismo territorio electoral.
5. Origen del voto: quién se fuga hacia cada partido
¿De dónde viene el voto de AC?
Según el resumen de los últimos estudios CEO:
- Exvotantes de Junts (35–45%). Según este último CEO el 21%.
- Exvotantes de ERC (15–25%). Según este último CEO el 7%.
- Abstencionistas catalanistas desencantados. En este último CEO el 11%.
- Jóvenes independentistas radicalizados.
- Una pequeña fuga del PSC periférico. Según este último CEO el 3%.
- De antiguos votantes de Vox. Según este último CEO el 9%.
¿De dónde viene el voto de Vox?
Según encuestas generales:
- Exvotantes del PP. Según este último CEO el 10%.
- Exvotantes del PSC del cinturón. Ya residual en el último CEO (1%).
- Un pequeño numero de exvotantes de AC (3%).
- Abstencionistas anti-independentistas (2%).
- Perfil de clase trabajadora masculina y jóvenes entre 18 y 39 años.
6. Discurso político: por qué AC parece “más nueva” que Vox
AC
- Tiene frescura insurgente: parece alternativa, no sistema.
- Mundo estético de alcaldesa combativa.
- Vídeos emocionales, locales, directos.
- Habla de problemas concretos y territoriales.
- Narrativa de pueblo, no de ideología.
Vox
- Más institucionalizado.
- Formación vertical, centralizada desde Madrid.
- Repetición de marcos ideológicos fijos (“España”, “libertad”, “dictadura progre”).
- Ha perdido el factor sorpresa porque empezó antes a incidir en la política catalana y española.
Transferencias de voto en el Parlamento de Cataluña
7. Perspectiva electoral: ¿quién crecerá más?
Escenario para AC
Si mantiene tendencia del CEO:
- Puede entrar con 19–20 diputados en el Parlament, según CEO de noviembre pero puede sobrepasar esa cifra a poco que Junts siga equivocando la estrategia.
- Hoy ya supera a Junts en algunas comarcas y quiere tener representación territorial y arrebatarles el poder en toda la “Cataluña interior”,
- Sueña con convertirse en la Lliga Nord catalana como expresión del malestar territorial a través de una fuerte presencia municipalista.
Su techo depende de:
- su discurso económico (actualmente es su punto más débil),
- la vuelta a Cataluña de Puigdemont y la estrategia que este siga,
- su capacidad de organización,
- evitar escisiones internas.
Escenario para Vox
Mantendrá presencia:
- entre 13 y 14 escaños según el CEO de noviembre arrebatando la hegemonía del “voto español” al PP,
- fuerte en Barcelona y primer cinturón industrial,
- inexistente en la Cataluña interior.
- Voto de trabajador de origen no catalán y de la juventud entre los 18 y 39 años.
Su techo depende de:
- la evolución del PSC,
- la movilización anti-Procés,
- las tensiones culturales metropolitanas.
- El control o descontrol de la delincuencia multicultural.
Conclusión electoral: Crecerán ambos, pero en territorios distintos y por razones distintas.
8. ¿Compiten entre ellos? Solo en un punto: el voto del malestar
AC y Vox no compiten por la identidad, no compiten por la historia, no compiten territorialmente. Compiten por algo más profundo:
El voto del cabreo.
- Contra el sistema.
- Contra la política tradicional.
- Contra la inmigración irregular.
- Contra la sensación de abandono.
- Contra la inseguridad y la precariedad.
Ahí sí convergen: capitalizan un mismo estado emocional, pero cada uno desde su cultura política.
En definitiva, el crecimiento simultáneo de AC y Vox es el síntoma de una Cataluña agotada, desconfiada y fragmentada, donde dos discursos de identidad fuerte —uno catalán, otro español— compiten por dar respuesta a miedos parecidos con soluciones opuestas.
Mientras los partidos tradicionales discuten sobre pactos, presupuestos y equilibrios institucionales, AC y Vox avanzan porque han entendido algo que los demás olvidaron:
el votante quiere explicaciones simples, seguridad física y emocional y liderazgo con carácter.
Y en ese terreno, tanto Sílvia Orriols como Santiago Abascal o Ignacio Garriga juegan con ventaja.