Y mira por dónde, te recuerda que un tal Cristóbal Montoro fue, durante 215 días, gracias al famoso 155 y bajo el mandato de Soraya Sáenz de Santamaría (presidenta interina de la Generalitat) Conseller de Economía y Hacienda del gobierno catalán sustituyendo a un destituido Oriol Junqueras. ¿A que tampoco se acordaban ustedes? Porque no me dirán que el único desmemoriado soy yo…. En cualquier caso, la cosa tiene su guasa, como dirían mis amigos sevillanos, Montoro ex“ministro” catalán, manda webs.
Pongámonos en el parámetro que a Cristóbal Montoro le da por revindicar “su catalanidad” instantánea y con ese acento suyo tan peculiar, de Jaén, pero laborado en Madrid, le da por decir que se quiere acoger a la ley de Amnistía de la que tanto se habla en la Villa y Corte. Que todo esto es una auténtica persecución por motivos políticos y por haber sido un alto mandatario del gobierno catalán en un momento convulso de la historia de España. Que él se siente tan catalán como Puigdemont y que, por lo tanto, se merece la aplicación de la ley de amnistía, ésta o la que sea.
Y en el supuesto de que el argumento anterior no fuera suficiente, Cristóbal Montoro podría recurrir al de consanguineidad. ¿No han amnistiado a los políticos socialistas andaluces que estaban hasta el pescuezo en el tema ese de los “cuatro duros” de los ERE,s de Andalucía.? Pues, como andaluz de pro, como mínimo se merece el mismo trato y la misma atención que los otros. ¡Faltaría más! ¡Que se le aplique la Ley de Amnistía volando!.
Es cierto que hasta el momento todo este escrito parece una broma, pero es que tras los hechos de los últimos años y las escasas responsabilidades políticas (ninguna) y escasas penales, cualquier causa judicial contra un político español de hoy, de ayer o de mañana, me la tomo a cachondeo y a risas. ¿Porqué? Sencillo: luego sacarán una “ley del perdón” los suyos y le autoexcluirán de cualquier responsabilidad habida y por haber y jamás devolverán el dinero robado (presuntamente, señorías) mientras el común de los españolitos nos acongojamos y cambiamos de pañal cuando recibimos cartas con membrete oficial…
Es la España de los “jetas”. La de los chorizos. La de los vividores. La España de los políticos que siguen legislando leyes para su mejora personal y la de los suyos pero, siempre, sin pensar en los españoles. Así nos va. O esto cambia o ni sus madres van a ir a votarles….
