Según los últimos datos del sistema de vigilancia epidemiológica (SIVIC), la incidencia gripal se ha disparado hasta los 418 casos por cada 100.000 habitantes, más del doble que la semana anterior y muy por encima de los picos registrados en las tres últimas temporadas. Solo en atención primaria se han contabilizado casi 25.000 diagnósticos en siete días, y los hospitales notifican un incremento sostenido de ingresos por complicaciones respiratorias.
Los expertos señalan un elemento preocupante: la circulación dominante de la llamada “variante K” del virus gripal, más contagiosa y que ha adelantado la temporada al menos un mes respecto al calendario habitual. La combinación de contagios elevados, presión asistencial creciente y mayor transmisión ha empujado al Departament de Salut a recuperar una medida de contención ya conocida por la ciudadanía.
El Govern insiste en que esta obligación se limita, por ahora, a los espacios más sensibles —centros sanitarios y residencias— y acompaña la decisión de un llamamiento claro: vacunarse. La campaña se ha abierto ya a toda la población sin restricciones, con el objetivo de frenar la curva antes de que impacte de lleno en las fiestas navideñas.
Aunque por el momento no se prevén restricciones adicionales, Salut advierte de que la evolución de las próximas semanas será clave. Cataluña vive una ola de gripe más intensa, más temprana y más contagiosa que las últimas registradas, y el sistema sanitario quiere evitar que se convierta también en una de las más largas.