Campeonatos honoríficos y despedidas al margen, hoy los chicos de Rama tenían una difícil papeleta contra el BM Guadalajara. Los alcarreños debían evitar a toda costa no caer en el pozo de perder la categoría y, a pesar de la derrota, han logrado salvarse momentáneamente al empatar con Anaitasuna y Benidorm a 19 puntos, en la penúltima plaza, gracias al goal average particular entre ellos tres que permite a los manchegos mantenerse en la División de Honor un año más. Aunque se jugará la plaza con el tercer clasificado de la División de Honor Plata en un apasionante duelo.
En cualquier caso, el partido no ha sido bonito, tampoco debía serlo, aunque si ha resultado emotivo y “especial” desde el pitido inicial. A la despedida de Antonio García debía unirse la de Moyano, Montoya, Freitas, Oriol Rey, Víctor Romero, Pablo Rodríguez y Leo Abrahao (si es que no me dejo a nadie). Es decir, 8 de los 14 jugadores de la plantilla A (sin contar con juniors o juveniles) se despedían hoy de Granollers y del Club que los ha acogido durante años para iniciar nuevos proyectos balonmanísticos y conseguir nuevas metas deportivas. El Balonmano Granollers del 2025-26 será, por tanto, otro equipo, otro proyecto y otra historia. Pero eso lo contaremos cuando toque, no ahora.

Por todo ello, decíamos, el partido no podía ser magnífico, aunque si consideramos los goles como la esencia del balonmano moderno, no podemos menos que indicar que ha habido goles y de todo tipo: de muñeca impresionante (Pablo Urdangarin), de fly (Antonio García), de extremo puro (Jordi Deumal), de contraataque volador (Sergio Franco), de cadera (Leo Abrahao) o de portería a portería (Pablo Rodríguez). Y tampoco han estado mancos los jugadores manchegos, precisamente. En resumen, que todos “se han apuntado a la fiesta” y han colaborado de la mejor forma posible al espectáculo.
La primera parte terminó con la máxima ventaja hasta entonces, seis goles, con el 23-17 del descanso. En la segunda el Granollers siguió ampliando tal ventaja hasta conseguir los siete y así estuvo el partido en su segunda mitad hasta que, a falta de 10 minutos para el final, el Guadalajara se pone a sólo tres goles: 32-29. Tiempo muerto de Antonio Rama, reordena la defensa y centra el festival de velocidad en ataque, y vuelve a funcionar el gol, la defensa y los pases, con una tranquilidad tal que en el minuto 28:13, con 38-32, el partido se para y se le tributa un homenaje en la pista a Antonio García Robledo, 41 años, máximo anotador de la Liga Asobal de esta temporada en la que se retira con su mejor marca personal: 178 golazos. Porque se lo merece. El Palau d’Esports de Granollers se caía con su más de 3.000 aficionados aplaudiendo a rabiar al “Gran Capitán”, incluidos los jugadores y cuerpo técnico del Guadalajara. Chapeau por ellos también. García es una leyenda y el balonmano un deporte de caballeros que sabe reconocer el esfuerzo y la clase.

El resultado final fue 39-33, que es lo que dirá la historia, pero ese resultado no cuenta la realidad: el Balonmano Granollers, un Club con 80 años de vida, vuelve a demostrar que es el más afortunado y el mejor de los equipos mortales de la División de Honor del balonmano masculino al quedar segundo en la Asobal y ganar plaza directa en la European League, igual que Torrelavega como tercero aunque deberá pasar por la previa. Sin embargo, Bidasoa (que quedó finalmente cuarto) deberá esperar al resultado de la Copa para saber si accede o no a Europa y su fase previa. El BM Guadalajara estará un año más entre nosotros. Enhorabuena. Mientras que Antonio García seguirá viviendo el balonmano en primera persona pues ha pasado de ser el mejor en la pista a sentarse, a partir de dentro de un par de meses, en el mismo sillón que “el maestro” Antonio Rama para aprender de él.
Será un Granollers nuevo. Será un Granollers diferente. Pero seguirá siendo el BM Granollers de los grandes partidos, de los grandes esfuerzos, que va a medir nuestros nervios y nuestro temple. Vayan dejándose las uñas largas en verano que luego viene el invierno balonmanero y algo hay que morder para que no se nos note los nervios…. Felices vacaciones balonmanísticas.