Montoro reflota al PSOE

Cuando más acorralado estaba el PSOE por sus casos de corrupción y su corta autocrítica. Cuando parecía que hasta sus socios de investidura empezaban a dudar de si continuar con su apoyo o dejarlo morir en la cuneta, va y aparece un caso, que no por antiguo, es despreciable de rendimiento político.

Montoro asistiendo a Sánchez
photo_camera Montoro asistiendo a Sánchez

El caso de presunta corrupción del ex ministro Montoro le ha venido al PSOE como agua de mayo. Les permite decir: "¿Lo veis? ¡Ya os lo decíamos! ¡Ahí lo tenéis! Un nuevo caso de corrupción del PP, el partido con más casos de corrupción de nuestra historia en democracia".

Así se tapa todo lo vivido hasta ahora con nuestro actual Gobierno.

Montoro fue ministro de Hacienda en el Gobierno de José María Aznar entre abril de 2000 y abril de 2004, y luego con Mariano Rajoy entre diciembre de 2011 y junio de 2018. El titular del Juzgado de Instrucción 2 de Tarragona, Rubén Rus, levantó el secreto del sumario sobre una causa abierta en 2018 y que había logrado mantener en secreto hasta ahora. Y justo en esta encrucijada política actual surge a la luz. ¿Casualidad?

El juez imputa a Montoro por presuntamente aprovecharse de su cargo para aprobar diversas leyes que beneficiaban a empresas de gas que eran clientes de un despacho de abogados que había fundado el ministro antes de entrar en el Gobierno, según consta en el auto.

La cosa no es menor. Así lo parece y aunque el caso es lejano en el tiempo, no se puede obviar y merece una investigación a fondo. Y todo esto se conoce gracias a la encomiable labor de la UCO, una vez más. Esa unidad de la Guardia Civil a la que los responsables socialistas de alto rango, además de las actuaciones de la fontanera del PSOE (Leire Diez) quisieron vejar con insinuaciones de partidismo.

Y ya estamos en lo de siempre. ¿Cómo se queda el ciudadano de a pie, de buena voluntad, que lo único que quiere es ver a su país avanzar de manera que le permita vivir dignamente?

¿En quién va a confiar ahora ese ciudadano o ciudadana para ofrecerle el timón de España?

¿Qué nos queda? Si priorizamos... ¿Qué es lo primero: un voto de castigo o votar al menos malo?

¿Podrá venir alguna nueva fuerza política que nos devuelva la confianza perdida en nuestros dirigentes?

La política española está en la UCI y debe hacérselo mirar. Necesita un lavado profundo y una regeneración democrática de alto nivel. O vuelven a imperar los valores de servicio a la comunidad o estamos abocados a convertirnos en una "república bananera".

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