Mas allá de constatar la ilegalidad de la actuación del Govern pretendiendo limitar los derechos lingüísticos de lo ciudadanos, conviene reflexionar sobre los aspectos sociológicos y pedagógicos en la convivencia de ambas lenguas.
1.- Es importante empezar destacando que la UNESCO afirma que “todas las personas tienen derecho a aprender en su lengua materna y que esta es un medio importante para mejorar los resultados del aprendizaje … es un factor clave para la inclusión y un aprendizaje de calidad, y que también mejora los resultados del aprendizaje y rendimiento escolar”. De hecho, este fue el principal argumento del nacionalismo para incorporar la vehicularidad del catalán en las escuelas, hace ya más de cuarenta años.
2.- El español es lengua materna de la mayoría de los catalanes (IDESCAT 2020) y en consecuencia debería ser lengua vehicular de la escuela juntamente con el catalán. Sin embargo, la Generalitat -tanto la anterior como la actual socialista- lo excluye al implantar la inmersión sólo en catalán.
3.- Los estudios sobre el aprendizaje en Cataluña indican que la inmersión forzosa dificulta el aprendizaje y el nivel de rendimiento en los niños de lengua materna española como señalan diversos informes (Fundación Europea Sociedad y Educación, Efectos Inmersión lingüística 2019), pero también dificulta la adquisición de un registro culto del español entre los niños de entorno catalanohablante. Y, desgraciadamente, los más afectados por esta situación son precisamente los niños menos dotados o más proclives al fracaso escolar.
4. La enseñanza EN español y catalán es, en consecuencia, una exigencia pedagógica pero, además, es un DERECHO derivado de la Constitución y del Estatut, tal como reflejan las repetidas sentencias de los tribunales. Sin embargo, el nacionalismo catalán ha perseguido y coaccionado a los padres que quieren ejercer ese derecho obligándoles a acudir a los tribunales, y buscando así intimidar a los demás padres que optan por callar por miedo. Esos padres sólo han contado con el apoyo de la AEB (Asamblea por una Escuela Bilingüe).
5- Sin embargo, es importante destacar que el conocimiento y uso del catalán no requiere una educación monolingüe en catalán, al contrario, la actual imposición perjudica el aprecio de una parte de la población por una lengua que es parte intrínseca de nuestro patrimonio. La escuela bilingüe también asegura ese conocimiento, pero además pone en valor ambas lenguas, garantiza el derecho de los niños a estudiar en su lengua materna y aumentará el rendimiento escolar.
Es hora de que cumpliendo las sentencias de los tribunales recuperemos una normalidad pedagógica y también legal que nunca se debió perder.