Los pavimentos de esta zona de la ciudad están sometidos a gran presión por diversos factores como el constante paso de vehículos de carga y descarga, el uso intensivo del centro tanto en el día a día como durante el mercado semanal, y el desgaste de los materiales por la acción de la limpieza viaria diaria.
Los trabajos consisten en la reparación del pavimento deteriorado, la sustitución de las piezas rotas o desplazadas y el saneamiento de la base y reforzamiento de la fijación, durabilidad de los materiales y evitar los movimientos en el pavimento que pueden provocar caídas.
La actuación, con un presupuesto de cerca de 50.000 euros, afecta a una superficie de unos 6.000 metros cuadrados y se irá desarrollando de forma progresiva para minimizar las afectaciones a los comercios y a la ciudadanía. Hasta la primera quincena de agosto se actuará en la plaza de la Corona, en la plaza de la Porxada y en las calles Sant Roc, Santa Anna y Anselm Clavé, y en los cruces de la calle Nou con Portalet y con Barcelona.
Otra cosa es que consideremos adecuado o no el tipo de material o pavimento que se instaló en la ciudad hace unos años con motivo de la elaboración de la isla peatonal. Obviamente, y tras los años transcurridos, se puede afirmar que el pavimento ha resultado nefasto y carísimo de mantener por su fragilidad y poca estabilidad, lo que genera roturas de baldosas continuas y accidentes de ciudadanos cada dos por tres. También es cierto que cambiarlo todo costaría un pastizal que, sin la ayuda de fondos especiales europeos, etc., es imposible que el ayuntamiento lo asuma por si solo. De ahí la fase de parche sobre parche que estamos viendo/padeciendo en estas fechas y que, en ningún caso, son soluciones definitivas.
