En una época donde la desconfianza y el desencanto se han instalado en el corazón de los españoles, Feijóo ha irrumpido como un faro de sensatez y responsabilidad. Consciente de la enorme decepción generada por los años de gobierno de un Pedro Sánchez marcado por la corrupción, las mentiras y los pactos traidores, el presidente del PP ha ofrecido algo distinto: un compromiso con la verdad, la ética y el servicio público.
Frente al manual de resistencia de Sánchez, el manual de decencia de Feijóo no es solo un listado de buenas intenciones, es un auténtico proyecto de regeneración nacional que defiende la recuperación de los valores que siempre han distinguido al buen gobernante: la honradez, la coherencia, la humildad y la transparencia. Y en el que la política deje de ser un escenario de enfrentamientos personales y se convierta en un espacio al servicio de la gente, donde haya menos propaganda y más verdad, menos publicidad y más honestidad.
Tras años de un gobierno socialista que ha colonizado las instituciones, normalizado el engaño como instrumento político y debilitado la confianza internacional en nuestro país, Feijóo se presenta como la antítesis de ese modelo. Su trayectoria en Galicia, donde fue presidente durante más de 13 años con cuatro mayorías absolutas consecutivas y un indiscutible reconocimiento social, es la mejor carta de presentación de alguien que entiende la política como un acto de servicio y no como un ejercicio de poder personal.
Frente al actual panorama, sombrío y desolado por los múltiples escándalos de corrupción directamente vinculados a Sánchez, con los indultos y las amnistías a los políticos separatistas condenados, la utilización partidista de las instituciones y el desprecio a los mecanismos de control democrático, el mensaje del líder del PP resulta balsámico: “No venimos a dividir, venimos a unir; no venimos a imponer, venimos a convencer; no venimos a mentir, venimos a servir”.

Unas palabras que son una auténtica invitación a la esperanza. Porque cuando los ciudadanos observan que los dirigentes utilizan el poder solo para enriquecerse y perpetuarse, pactando para ello lo que haga falta con quienes atacan la convivencia o desprecian el Estado de derecho, se produce una herida profunda que tarda años en cicatrizar. Feijóo, consciente de ello, ha decidido no solo denunciar ese daño, sino también proponer un camino para superarlo.
El manual de decencia recoge medidas concretas que van desde el compromiso con la transparencia y la protección de las instituciones, hasta la regeneración del debate público y el respeto a la separación de poderes. Unas propuestas que no son meros gestos, sino la base de una nueva forma de gobernar que España necesita con urgencia. Porque ya no se trata de ideologías, sino de recuperar la honradez.
Y Feijóo encarna la figura de ese político que los españoles echan de menos: un dirigente que no busca el enfrentamiento por el enfrentamiento, sino la construcción de consensos. Un líder que no necesita disfrazar su mensaje con eslóganes vacíos, porque confía en la fuerza de la verdad. Un presidente que, en lugar de cultivar enemigos, prefiere construir puentes. En un momento donde la política se ha convertido en un espectáculo mediático, Feijóo representa la vuelta a la política con mayúsculas, la que se basa en la responsabilidad, el respeto y la altura de miras.
Los españoles necesitan creer de nuevo en sus dirigentes y en que votar sirva para algo más que para legitimar acuerdos inconfesables e inaceptables. Y por eso el manual de decencia no es solo un programa de gobierno: es un pacto moral con los españoles para devolver la dignidad a nuestra vida pública.

Un enfoque que está calando profundamente no solo en los simpatizantes del Partido Popular, sino también en otros muchos indecisos o desencantados con otras opciones políticas. Las encuestas reflejan que la figura de Feijóo despierta una confianza que ningún otro líder consigue. No se trata solo de ganar unas elecciones y gobernar, sino de algo mucho más ambicioso: reconstruir la confianza colectiva en la democracia y en el futuro de España, lo que va a exigir un liderazgo fuerte y sensato que solo él puede hoy ofrecer.
En definitiva, la intervención de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso del Partido Popular ha sido mucho más que un acto interno de partido. Ha sido un punto de inflexión que va a marcar el inicio de una nueva etapa política donde la decencia, la responsabilidad y la verdad serán los pilares fundamentales.
España está cansada de la política de la mentira, de los escándalos de corrupción y de mirar solo por los intereses personales. Los españoles necesitan volver a creer y Feijóo ofrece precisamente eso: un proyecto serio, un compromiso ético y una nueva esperanza para millones de ciudadanos honrados.
Y tengamos claro que su manual de decencia será la hoja de ruta de un país que va a recuperar el orgullo, la serenidad y la confianza. Una nación que va a ver como la política vuelve a ser noble y ejemplar. Alberto Núñez Feijóo ha encendido la llama de la ilusión. Ahora nos toca a nosotros alimentarla y convertirla en la fuerza que devuelva la dignidad y el futuro a España. Porque, a fin de cuentas, la decencia no es solo una cuestión política, es lo que determina el alma de un país y sus gentes.
Francisco M. Bernabé Pérez. Senador del Partido Popular.