Dos jornadas les queda por delante a nuestros equipos para alcanzar el ecuador de la competición. Concretamente, el Granollers tiene dos encuentros importantes y delicados. En el primero, se enfrentará a uno de los equipos fuertes de la Liga que lucha, como ellos, por una de esas cuatro plazas: el Bidasoa de Irún. Esto será el miércoles 17 a las 21 horas en el Palau Olímpic vallesano. El otro, cuatro días más tarde en horario de misa (domingo a las 12,30), en Ciudad Real ante un histórico recién ascendido que está ofreciendo un gran balonmano.
Si los chicos de Antonio Rama no quieren andar con la calculadora -ni el misal- en la mano deberían obligarse a vencer en ambas batallas. Con ello se asegurarían, como mínimo, la cuarta plaza. O, incluso, la tercera si el Barcelona hace lo que debe y vence en tierras cántabras al Torrelavega el martes. Y todo sin contar que, a estas alturas, nadie sabe dónde se va a organizar esta competición pues el Club organizador se gana el derecho a participar en la misma, esté o no entre los cuatro primeros. Otra de esas incongruencias de la Asobal de la que todo el mundo se queja pero a la que nadie mete mano para solucionarlo.
En cualquier caso, Antonio Rama y su equipo tienen el reto de cerrar la primera fase de la Liga con dos buenos resultados y encadenar una racha en liga de 5 victorias seguidas, 7 si consideramos los dos exitazos europeos (Baia Mare y Aarhus). Casi nada. Después, unas mini vacaciones de turrón merecidas para, a continuación, los nuevos elegidos por el seleccionador nacional, los zurdos Pablo Urdangarín y Marcos Fis, viajar a tierras vikingas a disputar el europeo sabiéndose partícipes de una fase final de la Copa de España de Balonmano, antes llamada Copa Asobal.