De hecho, si recordamos el partido de la primera vuelta de la LIga Asobal, disputado el 7 de diciembre pasado, los dos contendientes saltaron a la cancha con la misma estrategia: ir a por todas y a ver quién aguantaba más el ritmo. Y quien encaja menos goles. Al final, y tras una remontada espectacular, los chicos de Antonio Rama lograron empatar el partido a 32 goles, cuando estuvieron la mayoría del mismo por debajo en el marcador.
Eso fue en el Palau d'Esports de la capital vallesana. Hoy, en el Pabellón Municipal Vicente Trueba de Torrelavega, la historia se ha repetido. Pero no ha acabado, desgraciadamente para los catalanes, igual.
Vale decir que los de Rama sólo lograron tomar ventaja en el marcador una sola vez en todo el match: en el minuto 6 con un exiguo 4-5. El resto del partido estuvo dominado por el conjunto santanderino. De hecho, casi toda la primera parte los cántabros se cobraron una cómoda ventaja de 4-5 goles para llegar al descanso con un 21-17 que explicaba claramente dos cosas: la primera, que no existían defensas y, la segunda, que la no defensa del BM Granollers fue peor que la del BM Torrelavega.
Tras el descanso, no es que el tema mejorase demasiado, más bien empeoró. Los de Jacobo Cuétara se fueron hasta los 6 goles y mantuvieron ese guarismo, prácticamente, durante 20 minutos. Hasta que el Balonmano Granollers despertó y, en poco más de un minuto, rebajó esa diferencia a tres goles, pasando del 31-25 al 31-28, con siete minutos y medio por delante.
¿Qué pasó para conseguir eso?. Varias cosas que, por separado, no significan mucho pero que si juntas ofrecen oportunidades para dar la vuelta a un partido. La primera, que Panitti volvió a la cancha (salió de titular pero no paraba ni una ante la facilidad de su defensa, como le ocurrió a Roberto Rodríguez). La segunda, la vuelta a la cancha de un cansado Antonio Garcia que sigue siendo indispensable en ataque. La tercera, que debió sentar a un Pablo Urdangarin “super excitado” y fallón, por Moyano, que dió más estabilidad al ataque vallesano. Y, la cuarta y especialmente importante, la defensa presionante a los exteriores y a los lanzadores locales que cambiaba de 3-2-1 a 3-3 constantemente.

Tal como ocurrió en diciembre en el Palau, el Granollers hizo la machada y consiguió empatar al Torrelavega a falta de minuto y dieciséis segundos a 34 goles gracias a un gran lanzamiento de Antonio García. Pero quedaban 76 segundos y los cántabros fueron capaces de sacar rápido y que Isidoro Martínez consiguiera el 35-34 faltando tan solo 43 segundos. Parecía tiempo suficiente para que los vallesanos pudieran empata pero, tras el tiempo muerto de Rama y a pesar de las oportunidades, esta vez Antonio García no logró el milagro y el poste resolvió el partido manteniendo la victoria del Bathco Torrelavega.
Es una pena que, tras un esfuerzo impresionante, los chicos de Rama no hayan conseguido mantener la segunda posición en la tabla clasificatoria, puesto que ahora ocupa el potente Bidasoa de Irún. Es una pena que una vez conseguida la remontada no se haya culminado. Pero nadie podrá negar que este equipo lo sigue intentando aunque, tras jugar tanto tiempo al filo del precipicio, finalmente haya caído en él.
Quedan tres partidos de competición aún para saber si el BM Granollers puede acceder directamente a Europa o debe hacerlo mediante una fase clasificatoria en mitad del verano, como este año. Para ello debe ganar los tres partidos pendientes: en casa ante Cangas de Morrazo y Guadalajara y fuera en Nava. Y cruzar los dedos para que los irundarras pierdan, al menos, uno de los tres compromisos que tienen fuera (Valladolid y Puente Genil) o en casa ante el Logroño. Recordemos, de nada vale al Granollers empatar a puntos porque el goal average es favorable a los vascos.